Platja Illa Roja

Situada en un entorno idílico de rocas y pinos, la cala de Illa Roja se caracteriza por sus aguas transparentes y porque está presidida por una prominente isleta rocosa de un color rojizo que le da nombre. Es un lugar tranquilo, sin aglomeraciones, con arena de grano grueso y color dorado con una inclinación de entrada a la mar bastante pronunciada. Es una playa nudista de prestigio internacional –por eso es frecuentada por turistas extranjeros-, a la que únicamente se accede después de un bonito paseo a pie por el camino de ronda, que juntamente con un entorno agreste y los barrancos que lo rodean, contribuyen a su fama de pequeño oasis escondido en plena naturaleza.

La playa, ubicada bajo un acantilado que la divide en dos, tiene uno 150 metros de extensión, y cambia según las mareas que pueden hacer que la isla rocosa esté unida a tierra o flotando muy cerca de la playa. Como está completamente rodeada de altas paredes de roca y vegetación, la Illa Roja goza de menos horas de sol que las playas de su entorno –como el gran arenal de la bahía de Pals–, por lo que a media tarde la cala ya está prácticamente cubierta de sobra. Esto no significa ningún problema si se tiene en cuenta que en esta zona de la Costa Brava hay otras calas cercanas a la Illa Roja que también ofrecen un gran encanto, como Sa Riera o la Platja del Racó y, un poco más alejadas, las de Aiguafreda y Sa Tuna.

La playa de Illa Roja no dispone de ningún servicio, excepto de un pequeño chiringuito que se suele instalar durante la temporada de verano y donde se pueden comprar bebidas y bocadillos. No os olvidéis de llevar un buen calzado para acceder caminando a la playa y flotadores y vais con niños.