No sé si habréis visto la película 'Spring Breakers', o cualquiera de los relatos de adolescentes autodestructivos de Larry Clark, pero de eso, más o menos, va la segunda exposición individual de Javier Vázquez (Albacete, 1984) en la Galería Trama. 'BANG BANG, Here I come again' va de masas que comulgan en bañador a ritmo de rap y techno, de adoradores de celebrities y jóvenes Alicias que buscan hebras de identidad en espejos de hoteles de diseño. Un mundo en mala racha pero muy real.
Hasta aquí, no hay problema. Tampoco ninguna objeción a la técnica realista de Vázquez. Instantes congelados, se diría, de un canal de videoclips satélite de aquellos que retransmiten fiestas infinitas en alguna isla griega, donde cuerpos estilizados y sobresaturados de MDMA se contorsionan como dos mil años y pico antes debían hacer, allí mismo, algunas sibilas clásicas.
La piel es el más profundo de los órganos. El problema llega cuando el artista se pone filosófico y juega, mediante la técnica de la madera microperforada, a combinar retratos de Vermeer con símbolos de Playboy, a maldecir la vacuidad de una sociedad de consumo. No, Javier. Tú limítate a sugerir alguna 'playlist' a los visitantes. Ya nos encargaremos nosotros del significado.
Art Nou/Primera visió 2015: Javier Vázquez. BANG BANG, Here I come again
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