No hay arte más pop que el arte soviético. Gente como Andy Warhol llegaron con 40 años de retraso a conclusiones que gente como El Lissitzky ya habían aplicado en plena ola revolucionaria. ¿No os lo creéis? Id, pues, a la Fundación Catalunya La Pedrera y contemplad los hitos de este artista total.
Considerad, el arte era cosa de gente rica. No era para las masas analfabetas. El mundo era tremendamente injusto, pero la ciencia, la tecnología y la industria podían ayudar al ser humano a concebir una sociedad mejor. Y una de estas soluciones científicas era el comunismo. No pienséis en la escasez de Cuba o la paranoia en Corea del Norte. Considerad la oportunidad que ofrecía a jóvenes como El Lissitzky para rehacer el mundo de nuevo. Cultura de proyecto. Experimentación de lo nuevo. Proun, "proyectos para la afirmación del nuevo". Geometría desideologizada, puro plasticismo sin historia ni contexto para el pueblo. Plasticismo para renovar el lenguaje del libro -y la tipografía-, del cartel, del cine, de la fotografía, de la arquitectura. Incluso para los pabellones de ferias. Los estadounidenses harán lo mismo en la segunda posguerra mundial con los minimalistas: pabellones.
El Lissitzsky está en comunión con los holandeses de De Stijl, con los alemanes de la Bauhaus, con cineastas como Dziga Vertov. Abandona la pintura ante las posibilidades experimentales de la fotografía. Y cuando Stalin impone el "realismo socialista" no tiene problemas como otros compañeros. Bueno, problemas en debía tener, porque era judío, y en la URSS había antisemitismo. Pero también todo el mundo era susceptible de purga con vacaciones en Siberia... Se salvó diseñando carteles y revistas de propaganda como URSS en construcción.
El Lissitzky. La experiencia de la totalidad
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