Ramon Casas. La modernitat anhelada

Siempre apetece ir a Sitges. Pero si encima está la mayor exposición que se haya realizado nunca sobre Ramon Casas, mejor todavía. Bueno, la muestra habla de Casas, pero de muchas otras cosas: del arte catalán y europeo a finales de 1900, el nacimiento de la modernidad y de las consecuencias sociales de la revolución industrial: las masas obreras, la nueva burguesía industrial y una incipiente emancipación femenina. Y junto a la obra de Casas -pinturas, pero también dibujos y carteles-, nombres de coetáneos tan importantes como el inseparable Santiago Rusiñol, los jóvenes Torres-García y Picasso, Joaquín Sorolla y Romero de Torres, John Singer Sargent, Toulouse-Lautrec o Carolus-Duran. La muestra se estructura a través de cinco paradojas que abordan la compleja identidad artística de Casas y se interrogan sobre los límites de su propuesta innovadora. ¿Era moderno porque pintaba multitudes? ¿Por qué no dio el salto estético hacia las vanguardias? Sus mujeres son objetos de deseo o representan un nuevo espíritu hedonista? En fin, sigue siendo moderno, hoy, Ramon Casas.