Quinoa

En una sociedad tan carnívora como la nuestra, donde si no hay corte en la comida es como si no hubiéramos comido, es importante que haya una buena oferta de lugares donde poder sacar el vientre de pena a partir de lo que crece en los huertos y los árboles. El Quinoa es un puñetazo: un banquete en la entrada, una barra de madera clara y cuatro tabletas en el interior. Pero con comida que vale la pena: las quiches del día (de berenjena, parmesano, tomates secos), ensaladas (lechugas variadas, espinacas, pera, aguacate, virutas de queso, rábanos y nuevos), zumos (lima, apio, pera) y postres veganos (pastel de zanahoria o plum-cake de naranja y especias, por citar un par). Tiene mucha salida el plato de espaguetis de calabacín y hacen hamburguesas de avena y lentejas o de mijo y remolacha. Todo a muy buen precio.