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Cierra la librería Negra y Criminal

Escrito por
Josep Lambies
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Demasiadas buenas noticias nos había dado el sector de libro en los últimos años. La apertura de la librería Calders, la No Llegiu o La Caníbal, entre otras, nos habían hecho creer que aunque corran malos tiempos para la letra impresa, la literatura puede con todo y más. Pero hoy ha llegado la aguja que tenía que pinchar el globo. La Negra y Criminal, templo para los amantes de la novela negra que abrió puertas en la Barceloneta en 2002, bajará la persiana el 3 de octubre. “Ya no somos necesarios”, decían en un comunicado que han hecho circular entre sus feligreses.
Paco Camarasa, fundador de la librería y rutilante comisario de la BCNegra, explica que se van contentos. “Hemos catapultado la novela negra –afirma–, hemos hecho que pasara de ser un género menospreciado a un género respetado”. Y eso es cierto. Pero ahora los números no les hacen justicia. Camarasa estima que las ventas de la librería han caído un 40 % en los últimos tres años. Las ventas online que gestionaban, a través de las cuales se convirtieron en una librería de referencia de todo el Estado, un 60 %. "Merecía militancia, y las militancias ahora están acabadas", dice su compañera de partida, Montse Clavé.
Ambos son conscientes que hoy en día la gente compra novela negra en el aeropuerto, en el supermercado o en el libródromo de turno. Y que cada vez son menos los parroquianos que se desplazan hasta su barraca de la calle de la Sal para comprar. Tienen un fondo digno de envidiar: en las estanterías cuentan con unos 2.500 títulos, y en el catálogo digital hay más de 18.000. Hay publicaciones recientes y ejemplares de segunda mano de obras descatalogadas. "Por ponerte un ejemplo –continúa Camarasa–, de Georges Simenon últimamente se han reeditado quince libros, pero nosotros aquí tenemos más de 50".
Camarasa y Clavé tienen el local en propiedad, así que en este caso el drama de los alquileres que afectan a los comercios de Barcelona no tiene nada que ver. "Cerramos porque no lo hemos sabido gestionar mejor, y lo queremos hacer ahora, antes que se llene de aburrimiento y telarañas", responde Camarasa. Para muchos, la Negra y Criminal ha sido como una segunda casa, un mostrador atendido por libreros de verdad, de los que conocen el material que tienen y te saben recomendar. Donde han pasado personajes como Camilla Lackberg o Asa Larsson, donde sirven café al visitante adormilado y bandejas enormes de mejillones frescos, recién salidos del mercado.
Hasta el sábado 3 de octubre, la Negra y Criminal mantendrá el toldo levantado, haciendo liquidación de stock. Ofertarán su colección a precios de saldo, café y mejillones también, y según Camarasa todo el mundo podrá llevarse un libro de Agatha Christie de regalo. Parece que los tienen a docenas. Aunque todavía desprende alegría, Camarasa concluye con un mensaje de solemnidad: "Esperamos que entre el sector nuestro cierre sea una excepción, y no la regla –apunta–. Esta vez no queremos crear tendencia". Pero todavía no está todo perdido. El local es suyo y, aunque no quieren dar muchas pistas, ya nos advierten que algo seguirá pasando. Probablemente, un club de lectura a puerta cerrada donde los lectores a quienes dejan huérfanos podrán seguir reuniéndose de vez en cuando.

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