Cenicero Copenhaguen. André Ricard
Puede que fumar ya no parezca tan sofisticado como lo pintaban en la publicidad a mediados de siglo pasado, pero este cenicero no ha dejado de aportar distinción a los hogares desde que saliera al mercado en 1965. Queda tan bien en la mesa del salón o en la terraza que ha trascendido su función original para pasar a convertirse en un icono del mejor diseño sesentero.