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Bill Murray es el presidente Roosevelt en 'Hyde Park on Hudson'

Es su primer papel protagonista desde 'Flores rotas'

Escrito por
Time Out Barcelona Editors
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Mi primer encuentro con Bill Murray fue en la frenética fiesta repleta de estrellas que siguió a la première de 'Fantástico Sr. Fox' (2009) en el Festival de Cine de Londres. Alegre por culpa del champán, me acerqué nervioso, en un intento de dar un apretón de manos a este icono cool de la pantalla. "Bill Murray?", le entré, con tanta educación como pude. "Puedo hacerle una pregunta?". Él me repasó de arriba abajo y, con una expresión entre el hastío y el cansancio, dijo entre los dientes: "Lo acabas de hacer".

"Me acuerdo de aquella fiesta", dice Murray con gravedad. Nos encontramos en Londres para hablar de su última película, 'Hyde Park on Hudson', en la que interpreta, en silla de ruedas, al presidente de Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt. Han pasado dos años desde ese primer encuentro. "Fue como un zoo. Como la guerra de Corea. La energía que había era muy extraña". Empiezo a recuperar la esperanza, pero ¿con qué Bill Murray me saldrá? Con el gurú hipster que apareció en comedias como 'El club de los chalados' (1980), 'Los cazafantasmas' (1984), 'Atrapado en el tiempo' (1993) y 'Moonrise Kingdom' (2012)? ¿O con el solitario irritable al que no gusta hacer promoción y que rehuye los focos de Hollywood?

Vestido con una sudadera rosa, el cabello alborotado y los párpados caídos como si acabara de levantarse -es más de mediodía, pero puede tener jet lag-, Murray se desploma en un sillón, pide una fuente de quesos y se fija en la impresionante selección de bebercio de calidad. "Este tipo de botellas no duran mucho", murmura, pero resiste la tentación. Vamos bien.

El primer papel protagonista en siete años
'Hyde Park on Hudson' es el primer papel protagonista de Murray desde 'Flores rotas' (2005). Y si bien la película -una comedia ambientada en los albores de la Segunda Guerra Mundial y centrada en los asuntos del presidente con el rey de Inglaterra- ha sido considerada mediocre, la crítica alabó la juguetona caracterización de Murray.

¿Aceptó el papel para explorar el lado oscuro de una figura tan reverenciada? "Si hubieran puesto el presidente en un pedestal no me habría interesado -admite-. Se le presenta como una persona real que es consciente de que no es perfecta. Mostrar este tipo de defectos puede trastornar la gente, especialmente con un icono como Roosevelt".

Hace una mueca impía, y deja entrever el rebelde de la industria que echó su agente y que obliga a los productores cinematográficos a llamarlo a un número 800. "Yo he estado dentro de una burbuja, y cuesta reventarla. Ojalá la hubiera podido reventar yo mismo, pero tuvo que ser una colisión". Los detalles de la colisión siguen siendo un misterio, pero teniendo en cuenta su caótica vida personal -dos mujeres, seis hijos y mucha atención mediática- las posibilidades son infinitas.

Si como dice ahora es inmune al autoengaño, ¿su personaje público temperamental es sólo una técnica de distanciamiento? "Es bueno, tener un foso -dice cambiando de metáfora de repente-. Puede ser una maravilla, mantiene los jinetes lejos del castillo. Y puede tener peces. Incluso peces que hablan". Tras notar que me he perdido algo, se explica: "Si das acceso a la gente, se aprovechan. Me llamarían 75 veces, y cuando finalmente lo cogiera y preguntase quién coño es, me dirían: 'Hola, soy tal de la agencia cual'. Así que empecé a plantearme que me las podía arreglar sin la clase de gente capaz de llamarte 75 veces ".

Valió la pena: dejando de lado 'Garfield' (2004 y 2006), el currículo de Murray es inmaculado desde el renacimiento de su carrera con el cambio de siglo. "No sigo ningún plan -se encoge de hombros-. Sólo hago cosas que me gustan. Supongo que si me reclaman es porque no me pongo en ridículo. Nunca he hecho ninguna película horrible. Si no echas a perder tu reputación, siempre tienes trabajo". ¿Pero cómo puede mantenerse con la cabeza tan fría? "Tienes que esforzarte para relajarte. Intento tomármelo con calma, ser positivo. Sólo me importa pasármelo bien, básicamente".

Bufonadas fuera de plano
Hay un montón de leyendas en torno a las bufonadas de Murray fuera de plano, desde conducir borracho un carrito de golf por Estocolmo hasta presentarse a saraos de estudiantes al azar. "Me colé en uno la semana pasada", admite. Fue una buena fiesta? "Todas las fiestas lo son -se ríe-. Una fiesta sólo estropea cuando estalla una pelea, cuando dos hombres se pelean por una mujer o viceversa. Alguien se cae, viene una ambulancia y llega la policía. Pero si evitas eso, casi todo está permitido".

Luego está su costumbre de aparecer en actos públicos sin avisar, como en el concierto de Steve Cropper y Donald Duck Dunn mientras rodaba 'Hyde Park on Hudson' aquí en Londres. Terminó en el escenario haciendo los coros de 'Soul man'. "Los conocía hacía años, eran la Blues Brothers Band. Y la banda de Otis Redding y la banda del sello Stax, claro ".

Pero como acabaste en el escenario? "Fui a un restaurante al que iba la primera vez que estuve en Londres, la propietaria se acordaba de mí. Me dijo -y cambia a un terrible acento japonés-: 'Vas a ver Duck-a-Dunn?'. Y acabé embutiéndo un grupo de japonesas locas en un coche para ir al concierto. Steve y Duck lo petaron, estuvieron increíbles, y en los bises salí y cogí la pandereta. Al día siguiente, en el set, la gente me decía si en vez de subir a un escenario no se suponía que tenía que estar aprendiéndome el texto ".

El sentido de la vida
Llega la fuente de quesos. Se le iluminan los ojos y me atiborra de cheddar. Y es entonces cuando, por fin, surge el hombre que esperaba poder conocer: el encantador excéntrico, la estrella en ruinas de los bonitos filmes de Wes Anderson, que en 'Academia Rushmore' (1998), convertido en el magnate de ojos tristes Herman Blume, pregunta al optimista Max Fischer de Jason Schwartzman sobre el sentido de la vida. "Parece que lo tengas muy claro, Max. ¿Cuál es el secreto? ". Hoy soy yo quien le lanza la pregunta a él.

Se remueve en la butaca. "Me pone en un compromiso que revelarlo". Y por un segundo me temo que evadirá la pregunta. Pero tenemos la exclusiva del secreto de la vida según Bill Murray, actor, pensador y leyenda del cine que se cuela en las fiestas. "Como una vez dije a uno de mis hermanos, esto es tu vida, no un ensayo. En algún lugar se anota la puntuación, así que estás obligado a vivir la vida tan bien y tan comprometido como puedas. La condición humana nos permite evadirnos, pero el secreto es tener claro quién eres. Y no sólo una vez en la vida, sino cada día. Ya sabes lo que dicen, no basta intentarlo ". Inspira y se fija en el gouda: "Toma, coge más queso".

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