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Liam Neeson parece empeñado en dejar su huella en el 'thriller' contemporáneo. Cada una de sus películas se convierte en una exhibición de talento delante de la cámara para transmitir crudeza y fragilidad al mismo tiempo. 'Caminando entre las tumbas' es otra muestra de su capacidad para monopolizar toda la atención de una historia, por mucho que ésta sea truculenta y malsana, que en este caso, además, lo es. Y mucho. El actor interpreta a un policía retirado y exalcohólico que se involucra en una búsqueda para descubrir la identidad de un par de asesinos de mujeres ultracarniceros. El director Scott Frank nos introduce en un submundo decadente y muy oscuro, lleno de miseria moral y horror en el que parece que no hay esperanza para los hombres íntegros. Puede que pase desapercibida, que la encontremos terriblemente similar a otros dramas criminales que se suceden en las carteleras, pero la verdad es que en ella late una perturbación insana bastante poco frecuente en el cine americano.