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El cine de Joe Wright se había caracterizado hasta el momento por ofrecer impecables adaptaciones de la literatura, desde Tolstoi hasta Ian McEwan. Wright siempre supo extraer todo el jugo de sus respectivas heroínas, a través de una puesta en escena tan original como portentosa. Sin embargo, este refinamiento que había destilado en sus anteriores trabajos desaparece por completo a la hora de acercarse a la mitología creada alrededor del mítico personaje surgido de la imaginación de JM Barrie. 'Pan (Viaje a Nunca Jamás)' nos lleva a los orígenes de la leyenda del niño que no quería crecer, a través de una historia iniciática en forma de pastiche tan arbitrario como estridente. La incongruencia conceptual que exuda impide que se alcance un mínimo de emoción y sentido de la aventura.