Serena

Imagínense que a la doctora Quinn se le hubieran cruzado los cables, que ahora se dedicara a curar mordeduras de serpiente con los oscuros instintos de la magia negra, formando un ejército de sicarios con todos los que han caído en sus manos, el servicio de sus hábitos despiadados. Una especie de 'femme fatale' de provincias, una Scarlett O'Hara degradada y bidimensional, con giros casi cómicos de mala de Disney. Susanne Bier se debe de pensar que ha rodado una película imponente, tipo 'Lejos del mundanal ruido', cambiando las historias de ovejas y pajares por un aserradero de Carolina del Norte. Con tramas de orgullo, despecho, celos y castas. Y personajes pirados. Pero aquí no hay espesor de gran novela. Os encontraréis con una historia de sentimientos planos, pretensiones 'softporn' y una estética deficiente como de telefilm de los 90 que tira atrás.