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Al Grano
Foto: Scott ChasserottAl Grano

Los mejores restaurantes italianos de Barcelona

Los restaurantes donde podréis degustar los mejores planes de gastronomía italiana: más allá de la pasta y la pizza

Escrito por
Ricard Martín
,
Marcelo Aparicio
,
Mireia Font
y
Paula Carreras
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La cocina italiana es, posiblemente, la más popular del mundo. En cualquier rincón de Occidente es muy fácil encontrar un restaurante del país de la bota y degustar un buen plato de pasta, una pizza bien hecha o delicias dulces como el tiramisú. Barcelona, ciudad con una nutrida colonia de italianos, es toda una referencia de esta gastronomía fuera de Italia: descubrid los mejores restaurantes de cocina italiana en la ciudad, y comed italiano más allá del binomio pasta-pizza (¡que también os lo encontraréis! Incluso sin gluten)

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  • Restaurantes
  • Italiana
  • El Poble-sec
  • precio 3 de 4

No es lo mismo decir “hoy hemos cenado en un italiano” que “hoy hemos cenado en un veneciano”. ¡Todavía hay categorías! Cuando, en el Poble-sec, abrieron el Xemei, este inciso se hizo imprescindible. Los gemelos –xemei, en dialecto veneciano– Stefano y Max Colombo llevaron a Barcelona una cocina transalpina que superaba de una vez los macarrones a la boloñesa y las pizzas quattro stagioni. Llegaba el pescado tal y como lo cocinan en el Véneto, y teníamos que aprender qué son las 'sarde in saor' o el 'baccalà mantecato': otra cocina italiana era posible. Las sarde son la versión veneciana de las sardinas escabechadas y aquel bacalao es una brandada sin ingredientes lácteo.

En Xemei os lo sirven en un surtido que también incluye caballa al horno y boquerones marinados, y que debéis pedir sí o sí para poneros en situación. El ambiente de taberna vintage, la hiperactividad de los xemei, los camareros charlatanes y unos platos 'buoni, buoni, buoni' son motivos suficientes para decidir que volveréis.

  • Restaurantes
  • Italiana
  • Sant Antoni
  • precio 3 de 4

Lo local tiene el potencial de ser universal. Este tópico -más desgastado que una alpargata del 1714- se aplica a restaurante Benzina: un local de cocina italiana que late bajo la cromada carrocería de un club con aires neoyorquinos. Y en un lugar inmejorable: al espectacular espacio que dejó el Lando, el pasaje Calders, allí donde las barbas más bien peinadas de la ciudad se mojan en el mejor vermut (San Antonio, vaya).

Pero si algo diferencia Benzina de los restaurantes clubes con más pretensión que oficio, es la cocina: se come muy bien, con raciones abundantes, excelente producto y un tiquet nada desmedido. El responsable de cocina es el chef piemontés Nicola Valle, que clava aquello tan maltratado (o ahogado en nata como los espaguetis a la carbonara). Sólo llevan la sencilla emulsión de la yema de huevo batido –que se calienta con la pasta y no la seca–, el queso pecorino y los 'guanciale', embutido de carrillera de cerdo (no bacon!) Y una sabia pizca de pimienta negra. Deliciosos. 

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  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Italiana
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

Este italiano pertenece a la estirpe de 'trattorias' de espíritu popular y mano exquisita donde se comen platos de pasta fresca de altísima calidad, sin tener que realizar grandes desembolsos. La pasta fresca es casera, y el chef Gabriele Milano ha dispuesto una oferta ambiciosa, que sigue la ortodoxia italiana pero aporta un toque de autor. No se limitan a ofrecer platos recurrentes de ese país, de países gastronómicos que es Italia, sino que recorren la bota de norte a sur.

En la carta encontrarás desde platos casi alpinos, como los raviolis rellenos de osobuco, hasta un plato calabrés como los 'paccheri' con 'nduja', una salchicha calabresa picante, acompañantes de burrata ahumada. Los entrantes son un placer disfrutón: 'arancino' con trufa, pan 'carasatu' de Cerdeña con pesto, mortadela con focaccia y pistachos...

  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Italiana
  • Crítica de Time Out

Las hermanas Gioia, Viola y Greta Raffaelli han llevado un pedacito de Italia a un callejón de Gracia. Su restaurante, con tres espacios diferenciados, parece una casa particular decorada con fotografías de Sophia Loren y cuadros de mujeres al estilo de Modigliani. Aunque la familia viene de la Toscana, la carta recorre recetas de todas las regiones italianas, como la 'cotoletta' milanesa, la berenjena en la parmesana o postres sardos como las 'seadas', una masa crujiente rellena de queso pecorino y miel.

Sin embargo, lo mejor es dejarse llevar por la pasta artesana y una buena copa de vino, especialmente por los platos napolitanos de 'linguine alle vongole' o los 'pappardelle' con ragú de venado. En la sobremesa, la fiesta continúa con limoncello, moscato de Asti y grappa. El apartado del postre es una tentación a la que caeremos a cuatro patas: tiramisú con chips de chocolate, la mencionada 'seada' o... ¡una 'pera cotta'! Mezcla de panacotta con pera y vino dulce italiano, con crumble de chocolate negro y helado de vainilla.

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  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Italiana
  • Les Corts
  • precio 3 de 4
  • Crítica de Time Out

Hay muchas maneras de llegar a Sicilia desde Barcelona, y una de las más rápidas es plantarse en el hotel NH Stadium, junto al Camp Nou, donde el chef italiano Andrea Tumbarello tiene uno de sus icónicos restaurantes, Don Giovanni.

El icónico chef –antiguo economista que iba mucho a Madrid y se decidió a poner un restaurante porque un día le sirvieron "una carbonara que en realidad era una cabronada"– tiene la premisa de ir más allá de la pasta y la pizza, y en su carta podemos encontrar platos como un huevo de corral frito, láminas de trufa y caviar de trufa negra. Ya sabéis que su segundo nombre es el Rey de la Trufa, un apelativo que se ha ganado a pulso en una carta con un apartado del oro negro cuando es temporada: blanca o negra, siempre fresca y de buena calidad.

  • 5 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Italiana
  • Horta
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

Éste es un restaurante italiano muy atípico (o quizá justo al revés). Acurrucado en una esquina por encima de Travessera de Gràcia, ajeno al horror de restaurantes de rancho de pasta, pizza y burger de la Avenida Gaudí, es la casa que Danilo Di Monaco abrió en el 2008. Y lo hizo alejado de las rutas turísticas a propósito: "quería un buen restaurante italiano, sin publicidad ni redes sociales, que la gente viniera solo por la buena comida", explica.

Y a fe que lo ha conseguido: escondido tras una fachada discreta –¡y tras una cortina negra!– descubriréis, de repente (eso significa su nombre) un lugar de apariencia íntima y discreta, ideal para cenas románticas. Es un saloncito no demasiado grande, con mesas de dos personas, donde sirven platos de toda Italia, algunos muy conocidos –¡tienen hasta seis tipos de lasaña!– y otros no tanto, como los como las 'arrosticcini', pinchos de cordero. Di Monaco es de Avellino (Campania), y se enorgullece del plato de su pueblo: unos suntuosos tagliatelle frescos con ceps, crema de parmesano, azafrán y trufa negra de la buena, de Bagnoli, que te rayan sobre el plato con la naturalidad de quien te lleva el porrón. La carta es muy extensa (pasta fresca, antipasti, especiales de la casa) pero te puedes fiar de todo: a pesar de ser un lugar pequeño, tienen a veinte personas trabajando, hacen su pasta fresca y la mayoría del producto clave llega de Italia (¡incluso hacen la masa con agua mineral italiana!).

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  • Restaurantes
  • Italiana
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

Este italiano pertenece a la estirpe de 'trattorias' de espíritu popular y mano exquisita donde se comen platos de pasta fresca de altísima calidad, sin tener que realizar grandes desembolsos. La pasta fresca es casera, y el chef Gabriele Milano ha dispuesto una oferta ambiciosa, que sigue la ortodoxia italiana pero aporta un toque de autor. No se limitan a ofrecer platos recurrentes de ese país, de países gastronómicos que es Italia, sino que recorren la bota de norte a sur.

En la carta encontrarás desde platos casi alpinos, como los raviolis rellenos de osobuco, hasta un plato calabrés como los 'paccheri' con 'nduja', una salchicha calabresa picante, acompañantes de burrata ahumada. Los entrantes son un placer disfrutón: 'arancino' con trufa, pan 'carasatu' de Cerdeña con pesto, mortadela con focaccia y pistachos...

  • 5 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • Bares de tapas
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

Benditto es una vermutería italiana que sobre todo abre en franja de noche y noche (ya sabéis que en Italia el vermut es un asunto de tarde). Ahora bien, esta etiqueta se les queda corta: esta es la casa del cocinero Víctor Ferrer (Belén, Café del Centre) y su pareja, la jefa de sala florentina Cati Mirenda. El primero aporta su talento a la hora de hacer cosas nuevas con la tradición, ella pone su conocimiento del producto gourmet transalpino (y dispone de cinco especialidades elaboradas de forma artesanal por parientes suyos).

El resultado va mucho más allá del bar de delicadezas frías: aquí encontrarás ejemplos muy afinados de cocina en frío, como huevos duros con guiso frío de buey de mar y mayonesa de albahaca, o un bistec tártaro de atún con cebolleta sobre 'schiacciata'. También elevan al máximo los mejores embutidos artesanos italianos: descubrid qué sabor tienen el 'capocollo' –cabeza y cuello de cerdo, delicado y aromático– realzado con piñones, cebolla confitada y cebolla envinagrada– o una muy intensa 'sbriciolana': un salami toscano, con hinojo, que se deshace en la boca. Y claro, también es un lugar ideal para tomar vinos y vermuts buenos. Todo a precios amables, para mojar, no pan, sino su buenísima focaccia.

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  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Italiana
  • Sant Gervasi - Galvany
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

Enriquetto es el restaurante italiano donde confluyen tres socios restauradores con muy buen gusto y muchas ganas de divertirse: Kim Diaz del bar Mut, Miquel Puchol de la cercana Mantequerías Pirenaicas, y Enric Rebordosa de La Confiteria. El nombre, por supuesto, está pensado como homenaje a este último. Abierto en 2024, el emplazamiento es una delicia: aquella plazoleta sin nombre que queda amparada justo por debajo del no menos delicioso Parc del Turó de Monterols, como si el ruido de la autopista de Mitre, justo al lado, no existiera.

El lugar tiene caché: donde estuvo el Bodeguín de Mitre (¿cuántas cogorzas te agarraste ahí?) y el Pervers. Y quizás no se beba tanto como antes, pero se come muy bien. Alejado del fundamentalismo de la autenticidad, Enriquetto es un homenaje a la cocina italiana en clave internacional, cogiendo platos que han hecho fortuna en todo el mundo y añadiendo su toque y una catalanización de producto.

¿Ejemplos? Un magnífico carpaccio con salsa Harry's Bar, esa barbaridad de disfrute desatado que es la pasta Alfredo, fettuccini ahogados en una lujuriosa crema de parmesano y mantequilla, o unos pappardelle con ragú como los que debe hacer la 'mamma'. La carta es corta, pero la pedirías toda, y los estándares de calidad son muy altos: hacen su pasta fresca, incluso las focaccias, y puedes esperar alguna sorpresa creativa (¡como la deconstrucción de un tiramisú con carquiñoles!).

  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mediterránea
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

Si los 'linguine alle vongole e bottarga' de este restaurante sardo fueran una canción, sería 'Sapore di sale' de Gino Paoli. La pasta de sémola de trigo con almejas, huevos de botarga desecados, tomate y ajo nos hace sentir rayos de sol cegadores los ojos, salitre en los labios y el Mediterráneo en el paladar. Queremos vender a nuestra 'nonna' a cambio de poder zambullirnos en la salsa que queda en el fondo del plato, pero nos conformamos mojando pan Guttiau; unas láminas finas y crujientes de sémola de trigo duro.

Salvatore, el dueño y cocinero de este pequeño restaurante con terraza en el Carmel, nos cuenta que la cocina de Cerdeña es de mar, campo y pasto. "Ahora, a los platos tradicionales los llamamos especialidades cuando, en realidad, eran platos de supervivencia". Del interior comemos unos suculentos 'gnocchetti' con ragú de jabalí. De postre, una seada: una empanada rellena de queso dulce fundido y cubierta de limón y miel. Vinos sardos, sicilianos, véneto, La Pulla, piamonteses, Emilia-Romagna y de aquí. Todo preparado al momento y según disponibilidad del mercado del barrio. Bravo, Tierra Mia.

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  • Restaurantes
  • Italiana
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 2 de 4

Si no se puede ir a Italia con cierta periodicidad, lo mejor es llevar Italia a tu ciudad. Bonito y con un menú de mediodía irresistible. Este podría ser un conciso resumen de Le Cucine Mandarosso, un italiano que hace honor a la cocina de toda la vida, bien hecho. Gracias al aprovisionamiento de buenas materias primas, muchas importadas de Italia, el restaurante puede presumir de platos como la lasaña; pasta casarecce con crema de huevos; ñoquis con tomate, ricotta y berenjena; y postres hechos con amor, como la cassata y la pannacotta. Los italianos, como los catalanes, La cantera, en los postres, que tienen la dulzura de las familias bien avenidas. Le Cucine Mandarosso es un restaurante que nos es familiar.

  • Restaurantes
  • Italiana
  • Sant Gervasi - Galvany
  • precio 3 de 4

Lombo, el restaurante italiano que Eugeni De Diego (uno de los ex jefes de cocina de Elbulli) ha abierto junto a su pareja Ana Alvarado, (ex pastelera de El Bulli) tiene una fuerte conexión con su libro '¿Cómo cocina un chef en casa?' (Penguin, 2021): recetas directas, para mojar pan, explicadas de manera meridianamente clara y pensadas para que sean fáciles de hacer, a la vez que tienen una dimensión gastronómica innegable. Hedonismo puro y duro.

Y ese saludable espíritu hedonista lo encontramos en Lombo. También con mucho rigor: toda la pasta fresca la elaboran ellos, y para decidir los dos platos de pasta seca de la carta testaron 70 marcas. El chef sardo Andrea Ortu ejecuta y añade un toque personal a las ideas de De Diego, que ha optado por el difícil equilibrio de potenciar sabores y aligerar platos, más que reinventarlos. Como, por ejemplo, un brutal 'vitello tonnato', donde la salsa de alcaparras y anchoa deja paso a una sofisticada mayonesa con un fondo de carne, con un solomillo buenísimo en lugar del humilde rosbif de corte redondo. O unos pappardelle con ragú de ossobuco, una receta de guiso a fuego lento que te hace temblar de placer cuando la hueles venir. Quizás no inventen la sopa de ajo, pero la hacen mejor que la mayoría.

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  • Restaurantes
  • Italiana
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

Doppietta es una versión actualizada de la 'salumeria' –la tienda de productos delicatessen italianos– con quesos y embutidos de primero (¡algunos de elaboración propia!). El chef y socio, Nicola Valle, es de Brescia y ha ideado una quincena de segundos que van más allá de la pasta –que también la hay– y abordan el hecho popular italiano de una perspectiva gourmet y casera: cómo una maravillosa 'porchetta alla romana', con salsa de carne y encurtidos. 

Los fines de semana encontraréis su versión del brunch, que vendría a ser una derivación del vermut italiano en horario de mediodía. Cada sábado y domingo, en dos turnos, y a un precio cerrado asequible, te puedes zampar un bufé libre de delicadezas frías (¡sin límites!). Y de segundo, seis platillos servidos en la mesa de suculenta tradición italiana: pasta carbonara (uno de los hits de la casa), ñoquis a los cuatro quesos, un risotto de ceps suave y denso, las clásicas albóndigas... Para mojar pan. Por si fuera poco, el precio incluye un cóctel de aperitivo.

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