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Álex de la Iglesia

El abracadabra de Álex de la Iglesia

'Las brujas de Zugarramurdi' vuelve a la filosofía de demonios y curas de ‘El día de la bestia’

Escrito por
Time Out Barcelona Editors
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El fan número 1 de Álex de la Iglesia es, como era de esperar, Álex de la Iglesia. El tío se parte de risa con cualquiera de sus chistes. Se recrea en todas sus ocurrencias y no tiene pelos en la lengua. ¿Quién, sino él, metería en una película un retrato de la Thatcher, José Luis Moreno y su cuervo Rockefeller, la sintonía de 'Noche de fiesta' y un caserón lleno de telarañas, perdido en las afueras de un pueblo maldito como Zugarramurdi?

¿Por qué Zugarramurdi?
Me obsesionaba desde que iba a la universidad. Zugarramurdi es un centro de brujería, como puede serlo Salem, pero más importante todavía. Porque fue allí donde se generaron los grandes iconos universales de la brujería, tal y como se describió en el proceso inquisitorial de Logroño. Son unos documentos increíbles. Explican cómo las mujeres se transformaban en animal, o cómo volaban con escobas, o desaparecían por una ventana. Si vas a Zugarramurdi verás que el asunto es muy fuerte.

¿Fuerte? ¿En qué sentido?

En el sentido más 'ikerjimeneciano' del concepto. Piensa que la ropa con la que acostumbran a pintar a las brujas es ropa tradicional navarra. Antes, las mujeres llevaban un sombrero de pico y una especie de trapo alrededor de la cabeza. Si te interesa el tema, Pío Baroja tiene un cuento que se llama 'La dama de Urtubi' que creo que te gustará. Sucede en Zugarramurdi, y habla muy bien de los rituales ocultistas que tenían lugar en las cuevas.

¿Y por qué el conjuro de tu aquelarre es el 'Baga-biga-higa' de Mikel Laboa?
Ya es una canción un poco satánica per se, del tipo abracadabra. Empieza con unos números, y después hay una sopa de sapo, y dice "¡arma, tiro y pum!". Parece una locución mágica de viejas hechiceras, y tiene la cosa esta de la poesía automática de Mikel Laboa que me fascina. Y con las 400 extras que teníamos haciendo coros suena brutal.

Y Carmen Maura empieza a volar. No sé por qué, en tus películas siempre acaba suspendida en el aire.

Sí, me gusta colgarla donde puedo, como un jamón. Me encanta que tenga aire bajo los pies.

Al final de 'La comunidad' acababa colgada en la pata de uno de los caballos del BBVA.

Y esta vez, cuando le ofrecí el papel, me dijo: "Ay, sí, que divertido, pero por favor, ¡no me cuelgues en ninguna parte!". Y yo: "Mujer, sólo un poquito". Y después se lo pasó bomba, y yo le decía: "Carmen, está quedando fantástico". Y ella: "Es que estoy aquí colgada y no veo nada". Y yo: "Va, mujer, que es un momentito, ya lo verás".

Si me lo permites, has vuelto a los orígenes: como en 'El día de la bestia', todo está orientado a la aparición del monstruo final.
Aquí es la Diosa Madre, una reproducción diabólica de la Venus de Willendorf llena de roña. Es el símbolo de una religión antigua que fue sustituida con violencia por la sociedad patriarcal.

¡Y come y caga a gran velocidad!

Pensaba en Gargantúa, que es un muñeco gigante típico de las fiestas de Bilbao. Por dentro tiene un tobogán, y la idea es que entras por la boca y sales por el culo. Todos los niños de Bilbao no hemos tirado muchas veces.

Si no me equivoco, en la peli sale un Gargantúa.

No uno, ¡el único! Se lo pedí al ayuntamiento de Bilbao y me lo cedieron. Yo no sabía que no había más, y cuando me lo enseñaron vi que era el mismo por el que yo me tiraba cuando era pequeño. Y me dije, "¡hostia!", y me lo llevé a Navarra.

Ya que hablamos de muñecos, deja que invoque a Bob Esponja.
El principio de 'Las brujas de Zugarramurdi' me flipa. Jorge Guerricaechevarría y yo queríamos dar una imagen potente de Madrid, y estuvimos unos cuantos días paseando por la Puerta del Sol. Y de repente se nos ocurrió: un atraco en un compro oro perpetrado por estatuas vivientes que fueran de Mini Mouse y Bob Esponja, y de soldado y de Cristo.

El Cristo es Hugo Silva, el protagonista. ¡Qué mala leche!

Sí, un Jesusito plateado y con la cruz que en su huída hacia Francia acaba enfrentándose con las brujas, me hacía mucha gracia. ¡Es el nuevo profeta!

Creo que todo el mundo que vio 'La chispa de la vida' se sentirá sorprendido por este cambio de rumbo.
No quisiera que la gente pensara que vuelvo atrás. Me apetecía recuperar mi instinto primitivo. Ahora tengo otros proyectos en el tintero, y muy variados. Entre otras cosas, me han tentado con el remake de una película de Tony Leblanc. Y me entra bastante.

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