Seguro que muchas chicas recordáis con nostalgia la época en la que el Kiut estaba abierto en Consell de Cent. Este local marcó un antes y un después en el ocio lésbico en la ciudad. Durante cuatro años, la discoteca fue uno de los puntos de encuentro imprescindibles para chicas de todas las edades. Pues si echabais de menos aquella época, estaréis contentas de saber que desde el pasado 7 de septiembre el local, llamado en su última etapa Carpe Diem, ha vuelto a abrir las puertas como club lésbico. Ahora se llama Ohlala! y al frente está una cara muy conocida en el ambiente femenino en la ciudad, Esther Pérez, la también artífice de la fiesta Silk.
Quizá el nombre de Ohlala! también os suena. Una discoteca para chicas con este mismo nombre y también con Esther al frente abrió puertas en la Luna el pasado mes de febrero. "Pero no nos entendimos con los propietarios y duramos cuatro días", nos explica la promotora. Y es que encontrar lugares adecuados, que funcionen y donde todo el mundo se entienda no acostumbra a ser fácil. Pero Pérez no es de las que tira la toalla, y desde entonces no ha dejado de buscar un nuevo espacio donde montar una discoteca que abra hasta tarde, viernes y sábado. Finalmente, decidió probar suerte en un sitio del que tenía muy buen recuerdo. "El Kiut nos dio muchas alegrías y me hace muy feliz recuperarlo. Los propietarios también están muy contentos de volver a dedicar un par de noches a las lesbianas", dice. El local, que se ha renovado del todo, empieza así un nuevo periodo en el que volverá a estar dedicado al público gay. A partir de octubre los domingos también se convertirá en el nuevo Martin's, que estrenará etapa con parte del equipo del mítico club del paseo de Gràcia.
Fiesta de chicas hasta el amanecer
Esther no está sola al frente de este proyecto. Las nuevas sesiones son una iniciativa de un nuevo grupo que ha creado llamado Twenty1 y que ella lidera junto a su novia, Tamara, y un buen grupo de colaboradores. Juntos quieren crear una discoteca donde todas las chicas se puedan sentir a gusto y donde se pueda bailar hasta las cinco de la mañana, una novedad ya que hasta ahora todos los bares de lesbianas que hay cerraban a las tres. Los viernes, el Ohlala! permitirá que las chicas pueda acceder con sus amigos masculinos. Los sábados, en principio, sólo serán par achicas, aunque no será tan riguroso como en la Silk.
Con la apertura de este nuevo club, el Gayxample vive uno de sus mejores momentos en cuanto a locales lésbicos. En el Dietrich, continúa el Tarantina, que ha celebrado su primer aniversario. Para tomarse la primera copa funciona bien La Sue BCN, abierto en agosto del año pasado. No muy lejos también está la Bambo, la antigua Bambolina que se ha reconvertido desde hace poco en un bar de pintxos pero que continúa liderada por las chicas que puntualmente organizan las fiestas Melon. Imbatible al paso del tiempo, en la calle Valencia, aguanta el Aire, un auténtico clásico con un público joven y fiel. Y en la zona alta, las chicas todavía tienen refugios como la Rosa o las fiestas de L'Armoire. A esto hay que sumarle acontecimientos puntuales como los de LeSFATALes o el colectivo Abolladas. "Ha habido momentos en los que las chicas no teníamos casi sitios a donde ir. Pero ahora hay mucha oferta. Y esto es bueno. Así sale más gente", nos dice Esther. Y es que por una vez -chicas a las que os gusta quejaros- hay bastante variedad. Aprovechad mientras dure.