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  1. La Barcelona de Orson Welles (Central Press)
    Central Press

    Vale la pena recordar el vínculo que unió a este genio del cine con nuestra ciudad. No es ningún secreto que el actor y director sentía una gran pasión por la costa catalana, especialmente desde que rodó ‘Mister Arkadin’ en Sant Pol de Mar. Pero lo que poca gente sabe es que en 1965, mucho antes que existiera Barcelona Plató, escogió la ciudad para rodar ‘Campanadas a medianoche’ y transformó el Castell de Montjuïc en el palacio de Enrique IV. Pero esto no es todo, porque años más tarde volvería para protagonizar 'El viaje de los malditos', con Faye Dunaway y Max Von Sydow, en una Barcelona convertida en la Habana.

  2. Las grutas de Jujol

    Uno de los secretos modernistas más sorprendentes de la ciudad se esconde en la paseo de la Mare de Déu del Coll, tras la puerta enrejada de la finca Sansalvador, obra de Josep Maria Jujol. Desde fuera, nadie se imagina que el jardín de montaña que rodea la casa está lleno de grutas románticas excavadas en la roca, con arcos parabólicos y pilares de ladrillo, que dan acceso a un pozo de donde a principios del s. XX se extraía agua con radio que se comercializaba como medicinal. La finca es la sede del Taller de Historia de Gràcia, que hace jornadas de puertas abiertas el segundo sábado y el cuarto domingo de cada mes. También gestiona el refugio antiaéreo de la plaza del Diamant.

  3. Las mujeres del Cànem

    En la Rambla del Poblenou sorprende encontrar una placa en el suelo dedicada a las mujeres del Cáñamo. No, no se trata de socias de los clubs de cannabis cercanos, sino de trabajadoras al servicio de una fábrica propiedad de los Godó, que antes de dirigir medios de comunicación se habían dedicado a transformar en tejidos esta planta. El Cànem, que estaba en la calle Llacuna, daba trabajo a 2.000 personas, la mayoría mujeres y niños, y llenó de humos Poblenou entre 1882 y principios del siglo XX. Después de la Guerra Civil, el propietario la cedió al régimen franquista, que la transformó en prisión y la llenó de republicanos que malvivieron en condiciones deplorables.

  4. La Barcelona de Colón

    En Barcelona siempre se ha dicho que Colón era catalán, a pesar de estar declarado oficialmente genovés. Más allá del Saló del Tinell, donde se sitúa su encuentro histórico con los Reyes Católicos, al descubridor se lo vincula con dos rincones más de la ciudad. Una leyenda dice que vivía en la calle Boters, y que era hijo de un tabernero de la Boqueria que murió en la horca acusado de un crimen, motivo por el cual huyó a Génova renegando de la ciudad donde nació. Otras, mejor informadas, afirman que pertenecía a una familia noble del barrio de la Ribera, que vivía en la calle Mirallers 9, cerca de la iglesia de Santa Maria del Mar, y que se tergiversó su historia, por el hecho de ser catalán.

  5. La casa de muñecas del Putxet

    ¿Qué padres no querrían tener una casita de muñecas modernista en el jardín, para que jugaran los niños? Si no tenéis suficiente espacio, siempre los podéis llevar al Putxet y descubrir juntos uno de esos secretos que esconde la ciudad. Y es que en la calle de la Costa, al otro lado de la entrada de los jardines de Mercè Rodorera y en un espacio abierto entre dos edificios, la lucha vecinal consiguió que se conservara una pequeña joya de finales del siglo XIX. De tamaño reducido pero hecha a escala de una casa unifamiliar real, con baño y todo, está cubierta de 'trencadís' y cerámica con escenas familiares. Además, el lugar es un mirador impresionante.

  6. El rec comtal

    Además de dos ríos, Barcelona tiene desde la Edad Media un gran canal que cruza la ciudad por el medio transportando aguas. En el Born C.C. se conserva el trazado del Rec Comtal anterior a 1714, pero los militares borbónicos modificaron su curso, haciéndolo pasar por la actual calle del Rec. En el siglo XX el canal se soterró, pero a este lado de la Ribera algunos vecinos han sufrido sustos los días de lluvias torrenciales, cuando el Rec ha querido asomar la cabeza y entrar en sus casas. Si se quiere ver, no hace falta ir bajo tierra sino al barrio de Vallbona, en Nou Barris, el sitio por donde el Rec entraba en Barcelona y el único tramo que se conserva en la ciudad al descubierto, hoy en día ajardinado y convertido en un rincón con mucho encanto.

  7. La Barcelona subterránea (©Ivan Moreno)
    ©Ivan Moreno

    Puede parecer ciencia-ficción, pero bajo la ciudad que pisamos a diario se abre otra llena de calles y pasillos cubiertos por arcos de medio punto, que sirven incluso como set cinematográfico. Es la red de alcantarillado, una ciudad subterránea a descubrir. En películas como 'REC' se han rodado algunas escenas, pero es en 'El maquinista', un thriller ambientado en EUA pero rodado en Barcelona, donde se puede recorrer siguiendo al protagonista. Quien quiera adentrarse más allá de las pantallas, puede hacerlo. Bajo el paseo de Sant Joan y la avenida Diagonal hay un gran tramo visitable, y La Fàbrica del Sol organiza visitas guiadas.

  8. El baluarte del Quijote

    El 23 de abril se conmemora la muerte de grandes autores literarios: Shakespeare, Nabokov, Pla... Y el entierro de Miguel de Cervantes, autor del Quijote. El célebre personaje viajó a Barcelona para vivir la última aventura. Llegó de noche, por el arenal que había fuera de las murallas, y tuvo que esperar a que se hiciera de día y abrieran el Portal del Mar. Entre los nuevos edificios de la calle Aiguader esquina con Pla de Palau, olvidadas bajo rejas, se ven los restos del baluarte de Migdia que se alzaba en ese punto, desde donde el Quijote contempló por primera vez el mar, y muy cerca de donde, días más tarde, libró su última y definitiva batalla.

  9. Montjuïc secreto (©Maria Dias)
    ©Maria Dias

    Las leyendas explican que la montaña de Montjuïc está agujereada por infinidad de túneles. Y que eso responde a una fuerza natural suprema, que atrae a ovnis cada verano. Uno de estos túneles conducía directamente a otra montaña en el corazón de la ciudad, el Monte Táber, actual plaza Sant Jaume. Fue el camino secreto que utilizó San Pedro, durante su estancia en Barcelona, para ir desde la colonia judía donde se alojaba, el Monte de los Judíos, en una Barcino llena de almas entre las que predicar. En la cima, bajo el castillo, no se ven túneles, pero sí unos toboganes que parecen dejarte caer sobre la ciudad, con un chiringuito donde hacer una pausa entre naturaleza, historia y ciencia-ficción.

  10. El carillón del Palau (Generalitat de Catalunya)
    Generalitat de Catalunya

    La música de las 49 campanas del carillón que corona el Palau de la Generalitat se escampa a diario por el Gòtic, a las 12 y a las 18 h, de la mano de la carillonista Anna Maria Reverté y con pequeños conciertos de repertorio seleccionado. Solo se ve desde la esquina de Ciutat con Hèrcules, y el mejor sitio para escucharlo es la silenciosa calle de la Fruita, en la Judería. Lástima que en la puerta del bar Anduriña ya no hay una mesita en la que sentarse, porque el Ayuntamiento no se la deja poner. El carillón, inventado en 1510, está presente en pocas ciudades del mundo. Cada tres años se celebra un Congreso Mundial de Carillonistas, y Barcelona quiere acogerlo en 2017.

  11. Vergeles escondidos (©Maria Dias)
    ©Maria Dias

    Para refugiarse del calor urbano, o huir de la masa humana que invade el barrio Gòtic, hay que buscar jardines escondidos, de esos que conoce poca gente. Y aquí hay un par que son un secreto y que son de acceso público porque están catalogados. El primero es un vergel romántico, con fuente incluida, que se esconde entre las calles de la Boqueria y de Aroles, cerca de la Rambla, y que pertenecía a la Casa Ignasi de Puig, actual hotel Petit Palace Garden, desde donde se puede acceder. El segundo, en pleno Portal de l’Àngel, también queda en el interior de un hotel, el Catalonia Albinoni, y pertenecía a la Casa Joan Puig, de 1872, aunque está reformado y decorado por Carles Arola.

  12. El templo romano del Eixample

    En plena derecha del Eixample, en la calle Bailén 70-72, se alza un sorprendente templo romano que, a pesar de no ser milenario, también tiene una historia escondida. Se construyó en 1882, con la voluntad de recrear el antiguo templo de Augusto del foro barcelonés. Lo encargaron los prestigiosos joyeros Masriera, que instalaron allí su estudio-taller y un gran espacio de exposición. Con los años se trasladaron, y en 1932 el templo cambió de uso y se convirtió en el Teatro Stadium. Muy cerca, en los bajos del número 66, vivió la actriz Margarida Xirgu. Y fue en este teatro donde Lorca le leyó 'Doña Rosita la soltera' en 1935. Hoy en día, el templo acoge una congregación religiosa.

  13. Lorca y Barcelona

    En 1927, Lorca vivió cuatro meses en Cataluña. Expuso sus dibujos en la galería Dalmau de Barcelona y estrenó 'Mariana Pineda' en el Teatro Goya, con escenografía de Salvador Dalí. Durante ese tiempo, el crítico teatral Sebastià Gasch le hizo de cicerone, y el poeta, a cambio, le dedicó un poema en prosa. Titulado 'Santa Lucía y San Lázaro', habla de un viaje alegórico a una ciudad que se parece mucho a Barcelona.

    En 1935, el poeta asistió por última vez al estreno de una obra propia. Fue en el Principal de la Rambla, con la compañía de Margarida Xirgu, y la obra era 'Doña Rosita la Soltera o el lenguaje de las flores'.

  14. Letras heridas (©Maria Dias)
    ©Maria Dias

    Los amantes de las letras saben que la calle Joaquín Costa es uno de los más literatos de Barcelona, y que acaba de perder un espacio de referencia. La histórica Granja Gavà del número 37, donde nació Terenci Moix cuando su madre volvía del cine Goya y que el escritor nombró en tantas novelas, ha cerrado sus puertas para transformarse en un renovado bar llamado Beirut. Más arriba, en el 44, está otro de esos comercios singulares y emblemáticos que apasionan a los letrados: A la premsa d’aquell dia, donde almacenan y venden diarios históricos de varias cabeceras. Vale la pena visitarlo antes que se transforme en un local de copas más.

  15. Sant Pere més alt (©Maria Dias)
    ©Maria Dias

    El pasaje de las Manufactures es una callejuela enrejada y cubierta, que permite pasar de la calle Trafalgar a la antigua ciudad amurallada, y que sorprende con sus bares llenos de modernos.

    Al otro lado, en Sant Pere Més Alt 46, está la librería Pròleg, especializada en literatura de mujeres y ubicada precisamente en el edificio donde vivió a principios del siglo XX Francesca Bonnemaison, promotora de la educación femenina. El Centre Sant Pere Apòstol esconde en el primer piso un bar de precios populares y con salida a la terraza interior, desde donde se ven las fachadas de los edificios de la calle que quedaron ocultas en el patio de la isla con el crecimiento del Eixample.

  16. Lugares con alma punk (©Maria Dias)
    ©Maria Dias

    Aunque no aparece en ninguna guía ni hay ninguna placa conmemorativa que lo recuerde, la plaza de Regomir es uno de los rincones míticos de los punks barceloneses. Años después que el grupo catalán Último resorte cantara el anti-himno ‘Barcelona es diferente’, cuando el punk ya había entrado en decadencia, Paul Cook, el batería de los Sex Pistols, descubrió que sí, que Barcelona es diferente, y se instaló aquí. Era el año 1992 y con un colega peluquero abrió una tienda de ropa llamada Planet Earth. Ahora, en aquel mismo local de Regomir hay una peluquería de alma rebelde, Hair Boutique, y en el bar de al lado, Les tapes, todavía recuerdan las batallas de los héroes del punk.

  17. La hora del sol (©Maria Dias)
    ©Maria Dias

    Ahora que el sol nunca falla no es tiempo de aprender a leer las horas de su ritmo. En Barcelona hay un montón de relojes solares. Los más habituales están en las fachadas de grandes caseríos, como en la Casa de les Punxes. Algunos más antiguos nos hacen pensar que nunca sirvieron de mucho, porque se sitúan en calles donde parece no entrar nunca el sol, como la de Petritxol o Carabassa. Para pisar las horas hay que ir a Via Laietana, 69: en el suelo hay uno de cuarzo luminoso, en la plaza del Sol, donde está el Astrolabi, con los signos del zodíaco. Y entre los más modernos, encontramos uno con dos hilos en un espigón de la playa de Bogatell, que nos deja ver pasar las horas junto al mar.

  18. Perfumes del gótico

    Cuando en 2005 se rodó en Barcelona 'El perfume', la histórica Herboristeria del Rey de la calle del Vidre se transformó en la perfumería parisina que seducía al protagonista.

    La plaza Sant Felip Neri y las callecitas cercanas fueron también algunos de los escenarios de esta película, y el director, Tom Tykwer, dijo que casi no tuvo que modificar nada, ni siquiera la luz, para recrear el siglo XVIII. Hoy sorprende encontrar en la calle Sant Sever La Basílica Galeria, un espacio digno de haber seducido a Jean-Baptiste Grenouille, porque ofrece perfumes que no se encuentran en ninguna parte, desde una fragancia del siglo XIV a un aroma que evoca el esperma masculino.

  19. Benditos viajeros  (©Maria Dias)
    ©Maria Dias

    Antes de salir de viaje, y ya sea en coche, moto o bicicleta, hay que pasar por la calle Regomir en busca de protección. Adosada a la antigua Porta del Mar, y construida dentro de las murallas romanas, hay desde principios del siglo XVI una pequeña capilla en honor a San Cristobal, patrón de los viajeros. Cada 10 de julio, cuando se celebra la festividad del santo, el cura se instala en la puerta para bendecir a los vehículos y ofrecer lavanda y rosas de fieltro a los conductores. Esta tradición empezó en 1907 y entre los primeros que bendijeron el coche estaban los artistas Santiago Rusiñol, Ramon Casas y Miquel Utrillo. Hoy es un gran momento para contemplar automóviles de época.

  20. Turismo de sol y playa

    Las playas de Barcelona no siempre han estado llenas. Los primeros bañistas surgieron a finales del siglo XVIII, movidos por fuerzas esotéricas, ya que se bañaban la noche de San Juan porque se creía que esa noche las aguas tenían poderes curativos. A partir de mediados del siglo XIX empezaron a venir los primeros turistas, entre los cuales estaba la reina Isabel II. Pero no fue hasta principios del siglo XX que la ciudad empezó a proyectarse como un destino de mar y montaña. Sorprende encontrar en YouTube uno de esos anuncios de 1912-13, conservado por la filmoteca de Amsterdam. Lleva por título ‘Barcelona, la perla del Mediterráneo’.

20 curiosidades de Barcelona que seguramente no sabes

¡Personajes ilustres que pasaron por la ciudad, lugares curiosos y otros secretos de Barcelona que nunca hubieras imaginado!

Escrito por
Time Out Barcelona Editors
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