Escapadas a 30 minutos de Barcelona

¿Tienes medio día libre? Te ofrecemos una selección de escapadas muy cerca de casa. ¡El tiempo no es excusa!

Sitges
Foto: ShutterstockSitges
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No siempre queremos viajar lejos y, además, podemos encontrar escapadas fantásticas y no muy lejos de casa. Los alrededores de Barcelona ofrecen un montón de opciones que hay que conocer. No será necesario reservar habitación en un hotel o en un Airbnb o estresarse corriendo al aeropuerto. Solamente necesitaréis un día libre y ganas de conocer nuevos rincones. Esto es lo que te invitamos a explorar en esta guía, tesoros que solo están unos 30 minutos de Barcelona, y lo mejor de todo es que son fácilmente accesibles en tren y en otros transportes públicos. ¿Vamos?


NO TE LO PIERDAS: Los pueblos más bonitos cerca de Barcelona

Sant Cugat: el epicentro del Vallés Occidental
Photo: Agència Catalana de Turisme

1. Sant Cugat: el epicentro del Vallés Occidental

Cruzando por debajo la montaña del Tibidabo, el Vallés Occidental nos ofrece muchísimas opciones, como Sant Cugat. Lo que comenzó siendo una villa es ahora el séptimo municipio más rico del estado español. Se puede pasear por sus calles –muchas de ellas peatonales– hasta llegar al monasterio, que tiene uno de los claustros mejor considerados de Barcelona: es ideal para desconectar del ruido y bullicio de la ciudad. Es como volver al pueblo, pero con buenas terrazas y ambiente familiar, de noche y de día.

Tomar un vermut con bravas en el Bar Rusiñol (Santigo Rusiñol, 43), o en cualquier sitio de la plaza del monasterio, es un placer que no os podéis perder.

Se puede ir en ferrocarril desde Plaza Catalunya (S1, S2, S5, S6 o S7).

  • Restaurantes
  • Fuera de Barcelona

Quizás todavía no hayas ido a Montgat, y no sabes lo que te estás perdiendo, para empezar porque allí está uno de los mejores chiringuitos: el Banys Virgen del Carmen, en la playa de Sant Joan, justo pasado el monte que separa Barcelona y el Maresme. Aquí no hay rastro del estilo californiano que impera en la Barceloneta, ni aséptico chill-out ni ensaladas emulsionadas ni ginebra prémium. Están en las antípodas de este concepto: mesas largas, manteles de cuadros, un techo de caña que da una sombra que dan ganas de quedarse a montar una familia, gatos, geranios y camareros que sonríen, una especie en peligro de extinción. A precios más que razonables y a pie de playa. Todo es tan idílico que da pena compartirlo.

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  • Museos e instituciones
  • Fuera de Barcelona

En los años 90 Sitges estaba llena de carteles y pegatinas que decían: "Sitges. Esto es vida”. Cada vez que me tomo una caña en el patio de La Guineu (Barcelona, 20), que extiendo la toalla en la playa de Balmins –siempre más tranquila y limpia que las playas que están delante de la Punta– o que camino por la calle Aigua yendo hacia El Cable (Barcelona, 1), pienso lo mismo: la vida, en su vertiente más dulce y hedonista, y el blanco y la luz y Rusiñol que se queda.

Pero lo mejor que tiene Sitges es todo lo que no es la playa, los patios y la luz, que siempre han estado. Lo mejor es la gente que vive allí y que anima esta escenografía de cuento con movidas como el Festival Internacional de Cine Fantástico –en octubre–, o las horas de alegría y Fiesta Mayor en agosto, y con iniciativas que crecen con más ilusión que recursos como la Palmera Torta, una asociación sin ánimo de lucro nacida para animar el panorama musical de Sitges con una programación regular de conciertos.

Vallvidrera: vuelta a la naturaleza
  • Lugares de interés
  • Vallvidrera, el Tibidabo i les Planes

“El Parque Natural de Vallvidrera no es el Central Park de Barcelona”, explican desde la asociación de vecinos de Vallvidrera, cansados, entre otros motivos, del hecho que mucha gente vaya sin conciencia de estar en un parque natural. La mejor manera de conocer Vallvidrera es de la mano de alguien que viva allí, como por ejemplo el equipo del Centro Cívico Vázquez Montalbán (Reis Catòlics, 16). Entre las actividades que organiza el centro están las caminatas en grupo, gratuitas. En la web del centro van anunciando las que programan. Echadle un ojo.

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Colònia Güell: pasado industrial
  • Museos e instituciones
  • Arte y diseño

Pasear por la Colònia Güell, en Santa Coloma de Cervelló, es hacer un viaje al pasado, cuando la industria textil irrumpió con fuerza en Cataluña. En 1890 el empresario Eusebi Güell empezó a levantar esta colonia con el objetivo de crear un núcleo industrial y urbano con teatro, iglesia y escuela incluida, con una vida social y económica tutelada por la empresa. Lo más sorprendente de todo es que la colonia es también una obra de arte modernista toda ella, que fue proyectada por los principales arquitectos del momento, entre los cuales estaba Gaudí, que se encargó de la iglesia: la cripta Gaudí, lo que sería el paso previo a la Sagrada Familia. Se puede ir desde la plaza de Espanya con ferrocarril (S3, S9, S8, R6, R60, R5 o R50).

  • Qué hacer
  • Fuera de Barcelona

En 2007 desde el ayuntamiento del Prat de Llobregat se dieron cuenta de cómo les gustaba a los vecinos ir a ver despegar los aviones, y colocaron unos cuantos bancos de cemento para la comodidad de espectadores que pasan horas y horas disfrutando del espectáculo. Es lo que es, aviones que despegan y que aterrizan, pero todo tiene un algo reconfortante y emocionante. A poco más de treinta metros de la pista, el ruido que hacen los motores de los aviones es demoledor. Se puede ir en bus urbano desde la plaza de Espanya: tardaréis un poco más de media hora. Otras de las actividades estrella del Prat es pasear por los diferentes itinerarios que recorren el delta. ¡No os parecerá que estéis tan cerca de Barcelona!

¡En este reportaje fotográfico, descubriréis lo bonita que puede llegar a ser esta mini escapada!

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