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Hotel Barceló Raval
© Maria Dias

Sitios para ver el atardecer en Barcelona

En Barcelona disponemos de varios sitios –más o menos urbanos– desde done ver cómo se pone el sol. Hemos seleccionado cinco. ¡Descubridlos!

Escrito por
Erica Aspas
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Atardecer, 'capvespre', 'sunset', 'tramonto'... Llamadle como queráis. El sol sale por el este y se pone por el oeste, esto lo aprendimos en el colegio, pero no nos dijeron cuáles son los mejores sitios para ver el atardecer en Barcelona. Hemos hecho una selección para que despidáis el día con una imagen preciosa en la retina.

RECOMENDADO: Si os quedáis con más ganas de conocer espacios naturales, descubrid jardines secretos de la ciudad. O si preferís huir del sol, buscad refugio en los patios más bonitos de Barcelona.

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Ya que subís hasta Montjuïc, tenéis un par de opciones. El mirador del Migdia es un rinconcito la mar de bonito, en una zona de pinos y con mesas para hacer pícnics, y desde donde podréis ver cómo el sol se esconde tras la montaña, con el Baix Llobregat como testigo. Justo al lado está la Caseta del Migdia –abierto de miércoles a domingo–, uno de esos sitios que ya no son tan secretos, y desde donde tendréis una vista diferente, pero no menos bonita. Veréis la parte más 'metálica' del puerto de Barcelona, con todos los contenedores de colores colocados en fila con un orden marcial, los barcos de Balearia y el mar, infinito. Cada día hay sarao y carne a la brasa, pero los miércoles, además de ver el atardecer, también podréis comeros unas sardinas a ritmo de rumba.

Búnkers del Carmel

Búnkers del Carmel

Si os movéis en transporte público, la forma más fácil de llegar hasta los búnkers del Carmel (Turó de la Rovira, 61) es con autobús. El 24 os deja muy cerca, solo tendréis que subir una calle y seguir el camino que os llevará hasta esta maravilla. Para mí la vista más espectacular de la ciudad. Ya no solo para ver la puesta de sol, impresiona a cualquier hora del día. Barcelona se ve tan pequeña, casi se puede abrazar, y es divertido identificar calles, monumentos y barrios. Podéis escoger entre ver cómo el sol se esconde detrás de la montaña del Tibidabo (la forma de la noria se perfila perfecta) o sentarse con los pies colgando de cara al mar y contemplar con deseo cómo el cielo de la ciudad, poco a poco, se va volviendo pelirrojo.

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Si os decimos que tiene una terraza en el último piso con una panorámica de 360 grados ya sabréis por qué lo hemos escogido. Que la elegancia de este hotel cuatro estrellas no os intimide y subid hasta el cielo. Por la terraza del hotel Barceló Raval (rbla. del Raval, 17) han colocado prismáticos para que juguéis a encontrar los sitios más emblemáticos de la ciudad. A un lado, el mar, con las Torres Mapfre; un poquito más a la derecha, la Torre Agbar, llena de colores; seguimos con la Sagrada Família e, imponente, más allá, la Torre de Calatrava. Todo con un telón de fondo de azules, amarillos y naranjas. Y si no queréis que el momento se acabe. También podréis cenar o tomar una copa (a precio cuatro estrellas, claro).

  • Museos e instituciones
  • Arte y diseño
  • Sants - Montjuïc

Durante el día, visitad el MNAC (Palau Nacional, Parc de Montjuïc, s/n), que recoge la colección de arte catalán más grande del mundo, desde el románico hasta el siglo XX. Con la caída del sol, podéis sentaros en las escaleras de la entrada y ver el espectáculo que se presenta ante vuestros ojos: las cuatro columnas de Puig i Cadafalch, las torres venecianas, la plaza España y más allá el Tibidabo. Y para poner la guinda, la explosión de agua y luz de las Fuentes de Montjuïc. También podéis hacerlo desde las dos terrazas-mirador que han abierto en los terrados del Palau Nacional.

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  • precio 4 de 4

Ha llegado el momento de dejar de envidiar a los turistas del Hotel W (Pl. de la Rosa dels Vents, 1). Poneos un buen vestido, reservad a través de su web en el Eclipse, el club que el hotel tiene en la planta número 26, y mirad el atardecer desde muy arriba, cerca del mar y con una copa en la mano. Y como bonus track, alquilad con un grupo de amigos (para que sea más barato) una barquita y haced el contrario de lo que hacemos siempre: en medio del mar, mirad cómo el sol desaparece tras la montaña.

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