Time Out en tu buzón de entrada

Buscar
Palosanto
© Maria DiasPalosanto

Palosanto: nueva propuesta en la Plaza del Tripi

El bar restaurante Palosanto lleva aires renovados al Gòtic, un barrio polarizado entre la tradición y el ‘krusty’

Escrito por
Time Out Barcelona Editors
Publicidad

Cuando te sientas a hablar con el propietario de un restaurante, la mayoría insiste en venderte la moto del local. Lo fresco que es el pescado, lo buenas que son las torrijas y el queso que le compran al pastor de Biarritz que no baja a la ciudad desde el atentado  de Carrero Blanco... Ei, siempre con cordialidad y con la mejor intención del mundo, que para eso han quedado contigo.

Con Isidre Marqués, propietario del nuevo Palosanto y director del Grupo San Telmo, esto no pasa. Puede mantener la atención en el tema en cuestión un raro, pero más pronto que tarde acabas de tertulia (y se agradece). Si un caso, consigo arrancarle qué narices es esto de la pornococina que dice que hacen: "¿Pornococina? Bien, al final es un gancho, porque no inventamos nada. Pero ya estábamos hartos de la etiqueta de cocina de mercado. Se trata de comer bien y que el producto sea bueno. Un lugar divertido donde se coma bien", dice.

Lugar divertido: más bar que restaurante, es un surco de interiorismo que cruza la calle Avinyó hasta la plaza del Tripi. Y con una terraza que promete llegar a clásico, si el Palosanto cuaja. En todo caso, pornococina le va muy bien a su propuesta: es una carta corta como una falda de verano, y donde los platos a menudo son más lujuriosos que lujosos, de texturas suaves y mezclas imaginativas, como las historias que se inventan algunos para ligar.

Pensado para dos
Y como el sexo, está pensado para un mínimo de dos actores: la carta se divide en tapas y el apartado del mar y de la tierra forman unos diez platos principales, todo para compartir. Todo es muy suculento, pero los fluidos y las reducciones no esconden la sustancia, la chicha, vaya: véase un tartar de atún con mayonesa de wasabi y sésamo, o una carrillera de cerdo hecha a baja temperatura 36 horas que casi se deshace. Los callos de mar con chorizo son un plato que pone cachondo, gastronómicamente hablando (lamento ser explícito).

Hay mucho mar y montaña, platos que remiten a la cocina del Empordà, la más pornográficamente buena del territorio catalán. Pablo Fidalgo, el chef de la casa, proviene del Canalla y ha pasado por el Lasarte de Berasategui. Futurible crac: hace cinco años se dedicaba al ramo de la producción audiovisual, y en un tiempo récord ya exporta platos propios, de Sarrià a este rincón del Gòtic, como unos mejillones con salsita de coco, cilantro y chile que se deberían conocer en Bélgica.

Tienen un menú de mediodía con la misma materia que en la carta y una coctelería subterránea que da ganas de emborracharse. En el Gòtic es difícil comer bien; ahora, un poco menos.

Más información

Palosanto
  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Cocina creativa
  • El Raval
  • precio 2 de 4

Dicen que hacen pornococina, y su razón tienen: en este bar-restaurante de exquisito interiorismo se puede encontrar platos de cocina de mercado tradicional, pero a menudo con texturas y mezclas suaves e imaginativas. Como por ejemplo, un tártar de atún con wasabi y mayonesa de sésamo o una galta de cerdo hecha a baja temperatura durante 36 horas. O unos callos con garbanzos donde la tripa de bacalao sustituye morro y tripa. Tiene una terraza en la plaza George Orwell (o del Tripi) que es todo un espectáculo.

Hay que probar...

Las sepias

Las sepias

Con guisantes y butifarra negra, son un clásico catalán terriblemente efectivo con una ligera derivación de modernidad. Este es uno de los platos más pedidos de la carta y no es difícil de entender.

Callos de mar

Callos de mar

El ‘capipota’ de ternera de toda la vida aquí se sustituye por tripa de bacalao, otro tipo de tripería que proporciona una melosidad diferente a la de la carne. Contundente: con garbanzos y chorizo de los buenos.

Publicidad
Bizcocho

Bizcocho

Los postres aquí no son de decoración: el bizcocho, con azúcar moscabado –moreno casi sin refinar–, helado de canela y gel de amaretto, coge velocidad suavemente y estalla en la boca.

También te gustará

Rasoterra: Para no vegetarianos
  • Restaurantes
  • Vegetariana

No hay mejor elogio para un vegetariano que ser un restaurante interesante para los omnívoros. Como el Rasoterra Pese a que me convendría, me planto poco en los vegetarianos. ¿Las razones? El tedio y la renuncia, por parte de algunos de sus ejecutores, a la expresividad y a la sutileza. ¿El mazacote de seitán como amarronado emblema? No soy militante, así que exijo lo mismo que a los demás: sabor, ideas, fantasía, seducción. La alta cocina ha sido atravesada en los últimos años por una veta vegáfila (Andoni Luis Aduriz, Josean Alija, Rodrigo de la Calle, Fernando del Cerro), pero en la rama popular hay escasos lugares en los que disfrutar de la clorofila con el babeo que sueltan los carnívoros ante el filete. En esta renuncia momentánea a la proteína animal, he encontrado consuelo verde en Rasoterra, propiedad de Daniele Rossi y Chiara Bombardi, donde cocina el australiano John Wearne, local que ya conocí y reseñé cuando se llamaba Oibar. Cocina universalista que tiene entre los platos más atractivos la tortilla con aguacate y huitlacoche, el hongo del maíz. Para aliñar, un limón pasado por la plancha para domesticar ácidos. Más majo que el sombrero de Pancho Villa. En un restaurante de Km 0 como este se cita un plato viajado, un taco con tacómetro, si bien los socios, antiguos dueños de Sésamo, aprietan poco el acelerador. Verduras de un huerto de Sant Feliu de Llobregat, que comparten con otros amigos. Agua filtrada del grifo que ofrecen gratis, como una cortesía que es tam

Las mejores bravas
  • Bares y pubs
  • Bares de tapas

Desde las recetas más creativas a las bravas clásicas que nunca fallan Nos atrevemos a escoger las 20 mejores raciones de patatas bravas de Barcelona. Los puristas se decantarán por las recetas que pasan de generación en generación de los bares de toda la vida, mientras que muchos descubrirán nuevas fórmulas innovadoras, pero igual de deliciosas. Reserva en los restaurantes más populares Patatas bravas creativas Pan & Oli Las mejores ideas a veces salen de la necesidad: Carlos Ortiz, cocinero de este pequeño bar restaurante de intenciones muy serias, un día tenía que preparar una comida para 400 personas. La salvación vino con esta idea: una patata brava deshecha y en vaso, una sabrosa patata confitada cinco horas a 60º C, que al final confluye en una salsa de ajo, guindilla y pimentón, montada con un poco de lecho con si fuera una mayonesa sin huevo. Pequeña gran variación. La Taverna del Clínic Paradoja: este ejemplo de creatividad aplicada a la patata brava ya es todo un clásico, paradigma de la brava moderna: cilindros de tubérculo doraditos y crujientes por fuera, con un interior suavizado con una salsa rosa suave pero sabrosa, coronada con semillas de sésamo negro, cebollino y sal Maldon. Seis delicias que estallan en la boca y que, según explica su inventor, el chef Toni Simoes, “no hemos modificado en siete años”. En este tiempo, el precio sólo ha subido en un euro, y cada semana despachan unas 250 raciones. El 58 Este muy recomendable restaurante de tapas –con un enc

Publicidad
Restaurantes del Gòtic
  • Restaurantes

La mejor cocina del barrio ¿Crees que falta algún restaurante importante del Gòtic? Dínoslo en los comentarios de abajo. Can Culleretes El restaurante más veterano de Barcelona, y uno de los más antiguos de España, todavía se mantiene al pie del cañón. La familia Agut-Manubens, madre e hija al frente, ofrecen una carta de cocina catalana y de precios ajustados, en la que destacan los canelones de brandada de bacalado, la dorada al horno y la escudella y carn d'olla. Os lo garantizamos, jamás os quedaréis con hambre. Un lugar ideal para comer un domingo, con poca ceremonia y mucha animación. Bosco En medio del Barrio Gótico, el Bosco marca la diferencia. En primer lugar, por el toque acogedor y casi espectacular de su decoración, que lleva al visitante a recordar algunos espacios romanos. Sencilla pero elegante. Un buen servicio y, sobre todo, una cocina sin demasiadas aspiraciones mediáticas pero de muy buenos resultados completan el atractivo de este lugar que lleva de maravilla en Juan Bernat.   Su terraza es una de las más tranquilas y concurridas, sobre todo en cuanto a la tarde-noche. Son muy recomendables las patatas Bosco, similares a las bravas, pero no son fritas, un excelente aperitivo. En la mesa se aprecia que la clientela asiste con intención de compartir y probar diferentes propuestas. Al mediodía, el chef Héctor propone un menú muy interesante. Una ensalada, una sopa fría y una pasta a elegir entre los entrantes era lo que había el día de nuestra visita. Una qu

Cervezas y tapas vegetarianas
  • Restaurantes

Birra artesana y maridaje sin carne La fiebre por la cerveza artesana ya hace tiempo que dura. Por eso, y porque los dos socios del Ale & Hop, Albert Coromina y Giles Brown, son un par de culos inquietos, han dado un paso más. Dentro de este bar, acompañan las birras de categoría marca de la casa con platos vegetarianos del mismo nivel. Cocas de verduras ecológicas, hummus generosos, hamburguesas de seitan que no tienen nada que envidiar a las de carne y pan hecho en casa a precios razonables. Difícil superar tanta excelencia, ¿verdad? La pareja también practica otro fenómeno, los brunch. Desde hace unas semanas, en esta cervecería del barrio de Sant Pere, podéis almorzar como unos reyes los domingos y pronto, los sábados. A parte del café de filtro selecto que sirven, podéis ir maridando con cervezas cada uno de los platos de estos almuerzos de tenedor sin animales. Diez variedades de cerveza en tirador Si todavía no habéis ido nunca, la variedad de cervezas del Ale & Hop os dejarán aturdidos. Ofrecen siempre diez variedades que cambian cada semana. En cuanto a los estilos de cerveza, no faltan nunca una cerveza rubia, una de trigo, la negra, la tostada y una IPA. Pero lo más identificativos del local es que, igual que en el Mosquito, el restaurante de tapas orientales propiedad de Giles, siempre encontraréis dos cervezas de casco. Es decir, pinchadas directamente del barril, sin añadirle el gas que provoca la presión, una modalidad muy típica de las cervezas inglesas. Par

Recomendado
    También te gustará
    También te gustará
    Publicidad