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Bar Torpedo (Eixample Esquerre)
Scott ChasserotBar Torpedo (Eixample Esquerre)

Los 17 mejores bocadillos de Barcelona

No hay nada más universal que un buen bocadillo: italianos, norteamericanos, indios, catalanes... ¡Cocina de la buena entre panes!

Ricard Martín
Escrito por
Ricard Martín
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Son buenos tiempos para el bocadillo en Barcelona. Te lo puedes llevar sin problemas, te lo puedes comer en espléndida soledad, y te garantiza siempre un buen rato: la intimidad con un buen bocata, en tu bar o restaurante favorito, es un momento insuperable. El buen bocadillo está descentralizado, lo encontramos por toda la ciudad. Echadle un vistazo a esta lista: bocadillos de Barcelona que debéis conocer –¡y morder!– sí o sí. Y si no os apetece un bocadillo, aquí nuestra lista de hamburguesas (que en el fondo son lo mismo que un bocadillo, pero todo el mundo hace ver que no). 

NO TE LO PIERDAS: Los 50 mejores restaurantes de Barcelona

  • Restaurantes
  • Bar de bocadillos
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 2 de 4

¿Qué lleva? Calamares rebozados en su tinta, en panecillo de frankfurt artesano. 

La visión del bocadillo del Kim Díaz, factótum del Bar Mutis y Bar Mut, se concretó en una elegante barra y veterana ya barra de bar vintage -homenaje a los bares madrileños de los 50- y una carta de unos diez de bocadillos de cocina de carne y pescado sorprendentes, pura tradición entre panes. El campeón y favorito es el bocata de calamares: con calamares rebozados finos y ligeros, aderezados con una mayonesa con su propia tinta. Un bocado pecaminoso: y lo mejor de todo es que está a años luz del 'bocatacalamares' más famoso que te puedas comer en Madrid (el del Brillante) y sale un poco más barato. 

  • Restaurantes
  • Bar de bocadillos
  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4

¿Qué lleva? Mortadela, pesto de pistacho y queso, en la focaccia especial de la casa. 

De los creadores del Due Spaghi llegó el Santo Porcello, un bar de bocadillos italianos que quiere llenar, según Toni Pol, el dueño, la "poca cultura del bocadillo italiano que hay en Barcelona". El pan es la clave del triunfo y los hacen a medida para que aguante recetas como este Bologna La Grassa: una maravilla con pesto de pistacho, mortadela de verdad, un suave queso scamorza ahumado y aceite balsámico, un bocado aromático y sustanciosos que dispara el placer al once. Recalco que la diferencia entre comer mortadela italiana de Bolonia de la buena y lo que te encuentras en el súper, es la diferencia entre una gamba fresca de Roses y las del tres delicias de sobre.  

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  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Bar de bocadillos
  • La Nova Esquerra de l'Eixample
  • Crítica de Time Out

Ahora que el más tonto hace 'smash burgers' en serie, se agradece que aparezcan de vez en cuando pequeños bares de bocadillos como Dillos: Marien y Hanibal no son ninguna cadena; esta pareja venezolana lleva media vida dedicada al 'street food' y su primer negocio propio sin ruedas es un chiringuito de bocadillos creativos con bombas de sabor y artesanía como el Pork Dillo: un bocado generoso con carne de cerdo asada todo un día, kimchi casero y yogur verde. La carta es corta, pero cada bocadillo es un 'hit': como su versión del bocadillo cubano, o un bocadillo de regazo de pecho de ternera que se derrite en tu boca, queso emmental y mayonesa con salsa huancaína.

Vale la pena decir que todo lo que comerás entre pan y pan (¡y la bollería del desayuno!) es de elaboración propia, desde un kimchi casero hasta las salsitas (y sobre todo la carne asada a baja temperatura muchas horas). El local dispone de una pequeña barra para comer con cuatro o cinco plazas, aunque la mayoría de los clientes optan por llevarse el bocadillo (que, por cierto, vienen en tamaño medio y grande, así puedes probar más). Precios contenidos, nada de tongos. Píllalo rápido y saboréalo lento. 

  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Bar de bocadillos
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 1 de 4
  • Crítica de Time Out

¿Un bar más de bocadillos gourmet? Sí y no. Mama Gorda es un excelente restaurante de bocadillos en una esquina calle Princesa, propiedad de tres cocineros jóvenes que se reparten las tareas de cocina y servicio. Simone Nizi, italiano, y los hermanos argentinos Leonardo y Diego Amico se conocieron trabajando en el restaurante de Francis Mallmann en la Provenza, uno de los reyes mundiales de la cocina de brasa. Su conexión italoargentina "garantiza una buena combinación de sus respectivas tradiciones culinarias", explica Nizi.

Delicias para comer con dos manos –son generosos y hay que agarrarlos, que son gorditos– como el bocadillo de calabacín a la plancha con salsa gorgonzola y parmesano y cebolla china, o el muy suculento de churrasco de ternera braseada, donde converge el queso manchego con la piña y la mayonesa de ajo en equilibrio atrevido y goloso. Para acompañar, nada de patatas, sino unas croquetas esféricas de berenjena y patata, y una deliciosa miniempanada de ternera, cocinada con la misma grasa de la tira del vacuno. Seguidles la pista, que esta gente tiene talento y ganas de (hacernos) disfrutar.

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  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Bar de bocadillos
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 1 de 4
  • Crítica de Time Out

Un bar més d'entrepans gurmet? Sí i no. Mama Gorda és un restaurant d'entrepans excel·lent en una cantonada al carrer Princesa propietat de tres cuiners joves que es reparteixen les tasques de cuina i servei. En Simone Nizi, italià, i els germans argentins Leonardo i Diego Amico es van conèixer treballant en el restaurant de Francis Mallmann a la Provença, un dels reis mundials de la cuina de brasa. La seva connexió italoargentina garanteix una bona combinació de les respectives tradicions culinàries", explica Nizi. 

Després d'anys treballant en alta cuina, el seu primer restaurant propi es concreta en "un concepte de menjar de carrer d'autor on volem que la gent gaudeixi molt". La gràcia de Mama Gorda és que la carta no és gens extensa –només són cinc entrepans que canvien per temporada– però treballats al màxim, amb totes les elaboracions menys el pa fetes des de zero.

Sempre tenen un entrepà de cebiche del dia –el peix va canviant segons llotja– i jo em decideixo per un brutal entrepà de cansalada viada teriyake: el porquet fet a l'olla amb caldo asiàtic, saltejat i passat per planxa en el moment de servir, i refrescat amb fonoll, cilandre, chutney de mango i 'sriracha' casolana, un mos lacat, melós i al punt. En un barri on sovint qualsevol cutrada amb ínfules d'hamburguesa no baixa de 12'95, ells fan cuina informal a preus molt ajustats. 

Altres delícies per menjar amb dues mans –són generosos i cal aferrar-los, que vessen– és l'entrepà de carabassó a la planxa amb salsa gorgonzola i parmesà i ceba xinesa, o el molt suculent de tira de vedella brasejada, on convergeix el manxec amb la pinya i la maionesa d'all. Per acompanyar, res de patates, perquè tothom en fa, si no unes croquetes esfèriques d'albergínia i patata, i una deliciosa miniempanada de vedella, cuinada amb el mateix greix de la tira del boví. Seguiu-los la pista, que aquesta gent té talent i ganes de (fer-nos) gaudir.  

  • 5 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Bar de bocadillos
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

Bocadillo Patty Melt de Bar Torpedo 

Abierto en 2019, Rafa Peña (Gresca) y Biel Gavaldà (Gresca càtering) hacen unos bocadillos que se cambian a voluntad, pero sin tocar el biquini de pastrami de lengua, con pan de molde cruasán de Triticum y una mostaza de hierbas, ni el bocadillo de berenjena asada con tomates secos –pan de burger del horno Sant Josep–, tan pecaminosamente bueno que parece que no pueda ser vegetariano. El bocadillo de hamburguesa Patty Melt, que se te funde en la boca, también es tan bueno y satisfactorio como un pecado carnal de los gordos. Incluyen entretenimientos como las Kentucky fried codornices (muslos de codorniz deshuesadas, enlucidas y fritas) y las croquetas de gambas. Todo esto en un bar coctelería esquinero.

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  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Bar de bocadillos
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 1 de 4
  • Crítica de Time Out

¿Un bar más de bocadillos gourmet? Sí y no. Mama Gorda es un excelente restaurante de bocadillos en una esquina calle Princesa, propiedad de tres cocineros jóvenes que se reparten las tareas de cocina y servicio. Simone Nizi, italiano, y los hermanos argentinos Leonardo y Diego Amico se conocieron trabajando en el restaurante de Francis Mallmann en la Provenza, uno de los reyes mundiales de la cocina de brasa. Su conexión italoargentina "garantiza una buena combinación de sus respectivas tradiciones culinarias", explica Nizi.

Después de años trabajando en alta cocina, su primer restaurante propio se concreta en "un concepto de comida callejera de autor donde queremos que la gente disfrute mucho". La gracia de Mama Gorda es que la carta no es extensa –solo son cinco bocadillos que cambian por temporada– pero trabajados al máximo, con todas las elaboraciones menos el pan, de brioche o cristal, hechas desde cero.

Siempre tienen un bocadillo de cebiche del día –el pez va cambiando según mercado– y yo me decido por un brutal bocadillo de panceta teriyake: el cerdito hecho en la olla con caldo asiático, salteado y pasado por plancha en el momento de servir, y refrescado con hinojo, cilantro, chutney de mango y 'sriracha' casera, un bocado lacado, meloso y en su punto. En un barrio en el que demasiadas veces cualquier cutrada con ínfulas de hamburguesa no baja de 12'95, ellos hacen cocina informal a precios muy ajustados. Otras delicias para comer con dos manos –son generosos y hay que agarrarlos, que son gorditos– es el bocadillo de calabacín a la plancha con salsa gorgonzola y parmesano y cebolla china, o el muy suculento de churrasco de ternera braseada. 

  • Restaurantes
  • Bar de bocadillos
  • Gràcia
  • precio 1 de 4

Compà es una charcutería/tienda de panini donde el calabrés Vittorio Cicero hace los bocadillos en bucle delante de tus narices. Es un lugar que inspira confianza cuando pones los pies: ves cómo cortan la focaccia, lonchean una buena pieza de porchetta, añaden patatas al horno y provola, unos minutos de plancha... ¡y presto! Tienes un bocado caliente, compacto, crujiente y delicioso, de sabores cálidos y uniformes que hacen que dejes de lado lo que estés haciendo y durante el ratito de comida solo existe el momento de intimidad entre tú y el panini, que te llega en las manos con mezclas como el Calaburger, con albóndigas con salsa de tomate o el Sanizzo, con chorizo de Calabria, grelos y provola, así hasta una decena.

Alejado de núcleos turísticos, la mayoría de la clientela es italiana y trabajadora, y las variedades de delicadezas del refrigerador y de la estantería –guanciale, scamorza blanco, scamorza ahumado, alcachofas en conserva...–proclaman que detenerse aquí es una buena idea.

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  • Restaurantes
  • Bar de bocadillos
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 2 de 4

¿Qué lleva? Pastrami de lengua de ternera, mostaza de hierbas y pan de molde.  

Rafa Peña (Gresca) abrió el Torpedo, un bar de bocadillos de alta envergadura que lo peta con ejemplos como este bikini de pastrami de lengua, en el que nada es lo que parece, sino que es mucho mejor: la carne es suave lengua de ternera marinada como pastrami y a la plancha (que no os dé yuyu, es deliciosa) con pan de molde de croissant de Triticum y mostaza de hierbas. Con el queso fundido, las hierbas de la carne y la mantequilla del pan, esto es un meloso y casi dulce canto a la vida.  

  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Bar de bocadillos
  • El Poble-sec
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

¿Qué lleva? 'Porchetta' en pan de coca y mil cosas deliciosas. 

En La Porca todo es bueno y tiene buena pinta. De la parte creativa se encarga Rubén León –publicista reconvertido en tabernero– y de la cocina su madre, con un recetario adaptado de los años en los que sirvió en un bar de menú y catering. La estrella indiscutible es su fabuloso bocata de 'porchetta' que elaboran ellos mismos –cerdo deshuesado y asado a baja temperatura durante cuatro horas con hierbas mediterráneas–  con cebolla marinada con lima, pesto rojo de cacahuetes y una mayonesa de tomate seco con jugo de la cocción, envuelto todo en pan de coca crujiente. Decir que es bueno es como decir que Maradona era un futbolista apañado. 

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  • Restaurantes
  • Cocina de los nativos americanos
  • Vila de Gràcia
  • precio 1 de 4

¿Qué lleva? 'Pulled pork', ensalada de col y salsa barbacoa. 

De rodillas ante esta gente: ellos fueron los que introdujeron el 'pulled pok' y el concepto de bocata de cerdo a la barbacoa en Barcelona. Dos venezolanos con experiencia en Estados Unidos y en la alta cocina catalana sirven bocadillos de recetas estadounidenses –más allá de la hamburguesa– y cerveza artesanal local. Un ejemplo: el portentoso 'pulled pork', cerdo asado con especias durante dieciséis horas con salsa barbacoa casera y una ensalada de col que da el toque agrio justo a la dulzura y melosidad del cerdo. 

  • Restaurantes
  • Española
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 2 de 4

¿Qué lleva? Calamares rebozados con emulsión de 'furikake' (buenísimo condimento japonés), cebolla crujiente, piparras y lechuga romana en pan bollo.

Una particular versión del bocadillo de calamares que es una explosión de sabores suaves y de contrastes melosos y crujientes (vamos, en una dimensión muy lejana de aquel ladrillo en pan chicle que es a veces el 'bocatacalamares' arquetípico). Pérez ha reorientado la carta hacia los bocadillos gourmet –y las ensaladas, y las tapas buenas, y los postres caseros, y...– y creedme, vale todo mucho la pena.

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  • Restaurantes
  • Bar de bocadillos
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

¿Qué lleva? Una costilla de ternera asada en pan de brioche

El chef brasileño Fabio Souza ha ideado barbaridades como la estrella de la casa: el Fat Cow, un bocadillo con casi medio kilo de costilla de ternera –hecha durado 18 horas, su hueso en el bocadillo, ¡que extraes sin esfuerzo!– que lleva mayonesa casera, queso californiano Monterey Jack y cebolla confitada. Es un bocadillo de 15 euros, el más caro de la carta, pero es una maravilla de suculencia y sabor que te deja exhausto (mira que servidor es de vida, y para mí es casi un plato y medio).

  • Restaurantes
  • Bar de bocadillos
  • precio 1 de 4

¿Qué lleva? Pollo frito y rebozado estilo sureño, con tostada francesa artesana y maionesa de cilantro. 

Aprovechando que tenían el bar en reformas, los Two Schmucks ( "dos gilipollas") en 2020 abrieron un bar de cervezas, bocadillos y cócteles en la Plaza Emili Vendrell. El resultado es tan espectacular como el 'brunch' y la priva de Joaquín Costa, que los catapultó en a lo alto de las listas de los mejores bares del mundo. Los valores añadidos de este local son muchos: para empezar, una espectacular terraza casi particular. Y una carta de bocadillos (pantagruélicos) de nivel estratosférico. Una barbaridad como el Chicken Sammy -pollo frito y rebozado estilo 'southern', con tostada francesa artesana, pepinos encurtidos y mayonesa de cilantro- es una delicia que te desencaja las mandíbulas y te llena de gozo.

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  • Restaurantes
  • Catalana
  • Gràcia
  • precio 1 de 4

¿Qué lleva? Albóndigas a la jardinera en pan de barra

Bodega de toda la vida (¡de las primeras de Barcelona que repartió hielo!) en la que tanto puedes desayunar de tenedor, como hacer el cafelito sentado con el diario, como recargar las pilas con un menú potente. Todo es de alto voltaje gastronómico en su medida, la de bodega clásica de barrio. Empezando por su bocadillo de albóndigas, de proporciones míticas: la chicha es, ni más ni menos que un guiso de albóndigas a la jardinera, con sus guisantes y todo. No hace falta pan con tomate si tienes un poderoso sofrito. Las aprisiona un pan de barra excelente, crujiente y alveolado, que me da en la nariz que es del próximo Forn Europa. 

  • Restaurantes
  • India
  • El Raval
  • precio 1 de 4

¿Qué lleva? Buñuelo de patata y barroca salsa índia en un brioche de mantequilla artesano. 

Ivan abrió el Mirch –adaptación de 'Mirchi' al inglés, pimienta, dos minutos antes de lo que ya sabéis, en febrero del 2020. Y es heredero de la primera familia que abrió un restaurante de cocina india en la ciudad. De hecho, la mitad de lo que encontrarás aquí es comida vegetariana, y destaca como ejemplo de 'street food' el 'vada pav', un especiado bocadillo de buñuelo de patata que él ha gurmetizado con pan del horno Cloudstreet y una salsa excepcional: de iogurt con comino. mezclada con un chutney de menta y cilantro y uno de tamarindo. Un bocado tan equilibrado como cremoso, fresco y ácido. El pan es un brioche de mantequilla de Cloudstreet, hecho a medida ( y hay versión carnívora del bocadillo, con contramuslo deshuesado de pollo al horno 'tandoor'). 

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  • Restaurantes
  • Mexicana
  • Ciutat Vella
  • precio 1 de 4

¿Qué lleva? Pollo rebozado al estilo sureño, ensalada de col y salsa de chipotle. 

La furgoneta Eureka, de Gastón y Priscilla, pionera del food-truckin', se puso en marcha en 2013 y ahora está empotrada en un lado de la plaza Reina Amàlia. El restaurante, que Gastón define como un "diner californiano", es tan pulcro, anguloso y minimalista como la reurbanizada plaza, antes agujero negro. Es un lugar impoluto donde acabas con las manos embadurnadas. Su bocadillo de pollo es una bomba: pollo frito y rebozado, 'coleslaw' con lima, pepinos y salsa de chipotle y miel, en brioche. Por menos de 12 euros, traen una generosa ración de patatas al horno con chimichurri y una buena ensalada de hoja de roble. El bocadillo dispara instantáneamente los receptores de placer y se te queda a la garganta un buen rato después.

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