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Nasty Mondays

Nasty Mondays, el secreto de las fiestas

Ocho años de saraos, resacas y rock and roll

Escrito por
Time Out Barcelona Editors
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El DJ como estrella del rock es una figura que cotiza a la baja. Pero expliquen esto a Nasty Mondays, que se pegaran un hartón de reír y seguramente os agradecerán la reflexión con un saludo de su middle finger y escupiendo cerveza sobre su nueva camiseta de American Apparel.

Madmax y Sören-aunque tengan tatuajes y actitud rockera en el escenario-hace ocho años que se dedican a pinchar rock como si les fuera la vida cada lunes, y el pasado 25 de febrero lo celebraron con una fiesta especial en la sala Apolo. Una fecha significativa, sobre todo si tenemos en cuenta que los Nasty son responsables, en gran parte, de haber introducido el rock en la dieta del clubber modernito y las fiestas temáticas los lunes; noches de saraos de reverberaciones etílicas cósmicas los martes. Sentados en el Nasty Garage, el local de su empresa-que también produce las fiestas Crappy Tuesdays y Cupcake-, Madmax me adelanta que la fiesta de los ocho años será un "pedazo de fiesta aún mayor que normalmente". Y que previamente habrá un vernissage con público VIP, exposición fotográfica y la presencia "de un actor de Hollywood muy amigo", que seguramente también pinchará con ellos en el Apolo.

Modernillos y Motley Crüe

La fiesta nació hace ocho años en el desaparecido Fonfone de Escudellers, cuando a este par les encargaron un pinchazo los lunes por la noche. "Sencillamente, pensamos en hacer una fiesta con todas nuestras influencias musicales y vitales: skate, surf, glam, punk. Y como era en lunes, pensamos que todos los que vendrían serían amigos nuestros". El soufflé fue subiendo y cambiando de local, hasta el punto que lograron convencer al hipster apolíneo (el que visita el Apolo) que Motley Crue y el rock ochentero eran cool.

"Nuestro lema, al principio, era: ¿por qué una fiesta de rock tienen que ser sólo de tíos con greñas sacudiendo la cabeza? Nasty Mondays es una fiesta para gente normal a la que le gusta el rock, no sólo para un público heavy". Claro que el público normal al que alude Madmax se compone de "escandinavos y americanos que vienen a aprender español y trabajan en bares". Y estudiantes con muchas ganas de juerga en los Crappy Tuesdays, vaya.

De todos modos, atribuye el éxito de los lunes al carácter de club: "El niño que viene sabe que encontrará la niña que le gustaba de la semana pasada. Cuando era joven, en Argentina, cuando un club nos gustaba íbamos cinco años seguidos. Yo ya lo digo: la gente no viene a ver los mismos dos gilipollas pinchando siempre. Vendemos un estilo de vida y lo han entendido: surf, skate, rock, tatuajes. Todo el mundo se conoce y es una fiesta de familia " .

También venden una imagen de descontrol, pero al Nasty garage, rodeados de parafernalia ochentera-pinball, ghetto blasters, motos, todo tiene un aire de silencio eficiente y trabajo silencioso. "No preparamos nunca las sesiones, salimos, nos emborrachamos y que sea lo que Dios quiera", asegura Madmax. "Pero la parte de producción de las fiestas sí lleva mucho, mucho trabajo". Pero también muchas anécdotas y satisfacciones: como exportar la fiesta en Nueva York y "acabar de fiesta con Macaulay Culkin, o tener de novia tres años un ángel de Victoria 's Secret". Esto sí que es rock and roll!
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