Anomia

'Anomia' significa la ruptura del conjunto organizado de normas que rigen la conducta común en una sociedad o grupo. Una palabra que nos puede resultar extraña y que, sin embargo, tiene una enorme actualidad en la situación política que vivimos, ya no ahora sino desde hace unos años. 'Anomia', escrita en 2007, es una obra producida por el Centro Dramático Nacional y la compañía extremeña Arán y que llega casi a escondidas al Tantarantana a pesar de tratarse con notable pericia la corrupción política de nuestro país y el dominio de la partitocracia por encima de cualquier interés.

'Anomia' nos sitúa en una capital de provincia que podría ser Castellón o Valencia. Ante las inminentes elecciones locales, el partido que gobierna ha decidido sacar de las listas la concejala de urbanismo a quien la fiscalía investiga por tráfico de influencias, prevaricación, evasión fiscal ... El autor y director, Eugenio Amaya, sube al escenario lo que el ciudadano percibe de la política y los políticos y muestra como en privado montan y desmontan sus estrategias desde el desprecio absoluto por los ciudadanos. Y lo hace desde un realismo bien estructurado, que perfila bien los personajes, pero en un texto poco dinámico. Lo mejor es que muestra gente demasiado normal podrida por el sistema y el poder. Un buen final, aunque deprimente, y unos intérpretes voluntariosos entre los que destaca la protagonista, María Luisa Borruel. El teatro se parece aquí demasiado a la realidad y evidencia que la democracia que tenemos es muy débil.