Autor: Frank Marcus. Versión y dirección: Rafael Calatayud. Con: Anna Casas, María José Peris, Teresa Vallicrosa, Mamen García.
En 1964 Frank Marcus soliviantó a los británicos bien pensantes con 'The killing of sister George', una farsa sobre la decadencia de una estrella radiofónica en la que insinuaba una relación lésbica con rasgos sado-maso. Cuatro años más tarde Robert Aldrich filma una película de la pieza teatral, cambiando el escenario: la televisión por la radio. El lesbianismo se hace más explícito, igual que el sadomasoquismo. Sobre esta adaptación ha trabajado Rafael Calatayud su propia versión de un texto que le cuesta justificarse en el siglo XXI.
Aún podría funcionar como vehículo para el lucimiento de las actrices, igual que Las amargas lágrimas de Petra von Kant, melodrama de Fassbinder con más de una conexión con este triángulo de mujeres con un retorcido sentido de la correlación de fuerzas. La referencia al excesivo autor-director alemán no es fortuita. Algo hay de desatado, caricaturesco y artificioso en la propuesta de Calatayud. Un acorde expresionista que explota en los números musicales y en la caracterización del personaje “sumiso” de Alicia (Anna Casas). Tinte, vestuario e iluminación la convierten en un ser producto de la ensoñación, del director y de las mujeres que quedan prendadas de su poderosa falta de carácter e inocencia de nínfula.
Lástima que tampoco el lucimiento interpretativo sea completo. Aunque Casas, María José Peris, Mamen García y Teresa Vallicrosa –la diva en sus últimos días de gloria– se muestran entregadas, el montaje parece ideado para un espacio más recogido que el Romea y gran parte de sus palabras se quedan encerradas en el escenario, como una animada conversación de té y ginebra a la que no estamos invitados.