Tricentenari BCN: Auca del Born

Los esencialistas de la patria quizás esperaban una obra épica, de soldados vigorosos defendiendo la nación del embate borbónico, estilo 'Stalingrado' o 'Enemigo a las puertas'. Pero no, Jordi Casanovas ha construido una obra que habla, sí, del sitio de 1713-1714 y del fin de Cataluña como nación, pero la acerca más a 'Casablanca' que los filmes de disparos, sudor y lágrimas. Porque lo que nos trata de explicar el autor y director, a la postre, es una historia de amor, entre el joven Joan (Bernat Quintana), menestral, pobre, y Marianna (Roser Tapias), noble, acomodada.

Una historia de amor en medio de un contexto bélico, en un escenario que es del tamaño de un campo de fútbol, ​​con el público tres metros por encima y unos yacimientos arqueológicos como escenario. Nada fácil, vaya. Casanovas hace que buena parte de la acción pase por encima de las ruinas, para darle foco a la función. Y podríamos decir que aprovecha muy poco el escenario natural, único lastre –podría haberla levantado de la misma manera en la sala grande del TNC, por ejemplo– de una obra que otro habría hecho más pirotécnica, más operística, pero que el director ha montado de manera muy teatral. Y le ha salido bastante bien.

El otro punto a favor es que Casanovas se ha ceñido al género, el 'auca', en el que enmarca la pieza. Es decir, 48 cuadros, en verso –alejandrinos, en este caso– y un narrador. Las rimas no son nada del otro mundo, pero se deslizan con suavidad, y ni se notan. Casanovas, al mismo tiempo, ha conseguido dar visibilidad a la nueva hornada de actores de este país: la media de edad del reparto de' 'Auca del Born' debe rondar los 25 años. Y conseguir hacer una 'patum' como ésta con chavales es lo más revolucionario de todo.