Bares donde os darán la lata

Comida gourmet y mini tapas con un único producto principal: las latas y conservas. En esta neotaberna se mezclan la barra del bar con un antiguo ultramarinos donde probar sus creaciones allí mismo o llevárnoslas a casa. El mar es indiscutible protagonista en su carta, entre sus carabineros al horno, croquetas de mejillones o su exquisito atún rojo adobado. Pero además también podréis probar quesos selectos, tortilla de patata y más raciones típicas de cualquier bar madrileño. Local cómodo, vintage, acogedor, en resumen, perfecto para tomar unas cañas o el vermut dominguero.

Fueron unos pioneros al dedicar su pequeño y acogedor bar de Conde Duque a las latas. Esta taberna ha convertido a las tapas y platos elaborados con conservas en su seña de identidad, y el resultado es tan sabroso como sorprendente. Embutidos, quesos, vinos y cerveza artesanal completan una oferta gastronómica que se cierra con unos postres artesanos que son una delicia. Una decoración vintage y un servicio amable y simpático ponen el broche de oro a este encantador local. No os perdáis sus aperitivos musicales con música en vivo, ¡os encantarán!

Si hay que tomarse una caña por la zona, este lugar es uno de los de paso obligado. Son unos sobresalientes defensores de la frase que tienen enmarcada en la pared: "Una caña no es un vaso de cerveza, es la manera de tirarla". Y por ella acuden feligreses de todo el barrio, parroquianos de viejo y nuevo cuño. A partir de ahí se levanta un notable santuario de las conservas, el marisco cocido, las raciones de boquerones o de anchoas… Un trato con la eficiencia y el gesto de quien lleva muchos años tras la barra sirviendo y enseñando a servir.

“Nudista es la reinvención de la taberna tradicional, la vermutería 3.0, donde combinamos conservas marinas y vegetales de gran calidad con productos frescos, sanos y naturales”. No hay mejor definición para este bonito bar recién abierto en la calle Luchana que la que hacen los propios dueños de Nudista. Esta barra conservera es el último en sumarse a la ola de locales que han convertido a la lata en su producto estrella. Aquí además podréis ver que producto y elaboración están a la vista. De marisco, de pescado, de verduras… también os podéis llevar vuestras conservas favoritas a casa en su ‘take away’.

Un original bar a pocos pasos de la Gran Vía que se define también como “Vermuteria & Butifarreria”. Taberna para tapear con sus sabrosas conservas, pero también tienda gourmet, este pequeño espacio de la calle Barquillo lo tiene todo. Una tasca tradicional de decoración sencilla, luminosa y con una larga barra que luce unos bonitos azulejos. Berberechos, mejillones y sobre todo esas anchoas son solo algunas de las mejores latas que podréis probar, además de embutidos, quesos, vinos, una buena selección de cavas y algunas tostas. Si no sois de tomaros el vermut en la barra, al fondo tienen un pequeño comedor.

Es uno de los bares con más solera y tradición que ha sobrevivido a la ‘hipsterización’ de Conde Duque. Una barra de lo más castiza guarda sus latas de conservas, famosas en medio Madrid, además de considerarse una de las mejores cervecerías de la ciudad por su arte a la hora de tirar las cañas. Es posible que os atienda el mismo dueño del bar, el sobrio Ángel Peinado, que se decidió a cambiar la marisquería donde se compraban cangrejos vivos por un bar en los años 60 y desde entonces su esencia ha permanecido intacta.

Otro de los innumerables bares atractivos de la calle Ponzano. Como bien indica su nombre las conservas son las protagonistas de esta taberna que los fines de semana se llena a la hora del aperitivo. Y es que comer de lata es cada día una nueva forma de tapear. Ocupando el espacio del antiguo El Beluga, aquí crean platos para todos los gustos basándose únicamente en latas de marisco, pescado, carne, verduras, etc. Sus barras a la calle a través de amplios ventanales son perfectas para el verano y ojo a su jamón serrano al corte, buenísimo.

Una de las mejores tabernas-restaurantes para darse al placer del tapeo en la zona de Retiro. Tras mudarse un par de veces, finalmente se instalaron en la calle Doctor Castelo, en un local que cuenta con una amplia barra y un comedor por si os apetece comer más tranquilamente en lugar de tapear. Su espléndida cocina se basa en productos de temporada, así que su carta cambia constantemente. Siguen manteniendo una buena muestra de conservas, muy apreciadas en su anterior local.