Carne de perro

La coincidencia en las carteleras de dos filmes chilenos como 'Violeta se fué a los cielos' y 'Carne de perro' no es casualidad. Este país vive una época de florecimiento que se hace patente en la calidad de unas películas que proponen otra forma de acercarse a su presente y pasado. En 'Carne de perro', ganadora del Premio Kutxa de San Sebastián, Fernando Guzzoni se centra en los remanentes de la dictadura de Pinochet en la contemporaneidad, en la basura escondida bajo la alfombra. La película propone el seguimiento obsesivo del día a día de un antiguo torturador, con una cámara que apenas se aparta del cuerpo del protagonista, como hacen los Dardenne. Guzzoni lleva a cabo el retrato áspero y seco de un hombre a la vez criminal impune y anacronismo marginado, el desencaje del cual se hace notar a través de sus movimientos compulsivos y sus intentos de reconectar con algo parecido a una vida.