[title]
Se cumplen diez años de la publicación del primero de los álbums de Igor Sieger, un 'best seller' en Alemania para niños de 7 años. Y, para celebrarlo, ahora se estrena la primera adaptación del cuento para la gran pantalla. No nos engañaremos, se trata de una animación para público parvulario, donde todos los personajes se parecen a las figuritas volumétricas de Kinder Sorpresa. La historia comienza en una ciudad habitada por unos dragones tan desprovistos de sus cualidades mitológicas que parecen delfines de zoológico, bestias castradas o logos de alguna compañía de seguros. Una propuesta con demasiado interés educativo y poca mordiente, que quiere hacer creer a los niños que aquellos monstruos escamosos que merodean con sus llamas atentando contra la tranquilidad del sueño infantil son tan inofensivos como los Fruitis. Yo, la verdad, me alegro de haber crecido temiendo la amenaza del brujo Gargamel, y no entre la ramplonería del engaño de algodón.