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En 'Don Jon', su 'ópera prima' como director y guionista, Joseph Gordon-Levitt se propone construir de manera verosímil y cuidadosa un personaje que bordea la caricatura. Jon ( encarnado, como era de esperar, por Gordon-Levitt ) es un joven adulto que llega a la treintena con unos horizontes vitales reducidos a unos pocos hábitos: ir al gimnasio, quedar con los amigos, confesarse en la iglesia, limpiar la casa, coleccionar conquistas femeninas y, sobre todo, consumir pornografía como un yonqui. Así, el actor-autor perfila un retrato poco favorable de la masculinidad más egoísta e inmadura, pero no ridiculiza innecesariamente su criatura, que resulta empática en todo momento. El encuentro de Jon con dos mujeres que son su reflejo y su antítesis (excelentes Scarlett Johansson y Juliane Moore) acaba por demostrar que Gordon-Levitt es mucho más generoso que su personaje, ampliando el terreno de juego de un film que parecía hecho a medida para su lucimiento exclusivo.