[title]
Se apropia del argumento de 'Rosemary's baby', el de una mujer que lleva el hijo del diablo en el vientre. Lo mezcla con 'found footage' y fuertes dosis de telequinesia. Y cae en lo que siempre se le reprocha al cine de terror: que se preocupa tan poco de desarrollar sus personajes que al final ni siquiera te preocupas por lo que les pueda pasar. Pero quizá su principal defecto sea el exceso de cámaras domésticas, que redunda sobre aquella línea efectista que nació a finales de los 90 con 'El proyecto de la bruja de Blair'.