El poder del Tai Chi

Que Keanu Reeves tiene rasgos orientales, lo sabíamos. Que tuvo que aprender un montón de artes marciales para hacer 'Matrix', también. Pero ¿era necesario que dirigiera una película como si fuera un cineasta de Hong Kong? Esto nos lo podía haber ahorrad. El actor se pasa al otro lado de la cámara para orquestar sin ningún criterio una película erigida a la mayor gloria del hasta el momento especialista Tiger Chen, a quien conoció en la trilogía de los Wachowski, y que sólo destaca en siempre elaboradas coreografías del maestro Yuen Woo- Ping. Por otra parte, 'El poder del Tai Chi' es tan anodina e insulsa, con un guión tan rematadamente previsible, que no se puede dejar de mirar con la simpatía de quien sabe que está contemplando un subproducto. Keanu Reeves, como actor, ejerciendo de Mefistófeles dentro del mundo de las peleas ilegales, nunca estuvo peor. Y el pobre Tiger Chen tampoco es que sea un superdotado de la actuación. El resultado, no se puede tomar muy en serio, ni siquiera como entretenimiento barato.