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¿Cuántos genios en problemas le faltan, a Benedict Cumberbatch, por interpretar? Ya ha hecho de Stephen Hawking, de Vincent van Gogh y Sherlock Holmes, y aquí lo tenemos con una mata de pelo blanco, ojos dudosos y una mirada paranoica. Es Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, que dependiendo de cómo se mire es un cruzado radical o un ególatra enloquecido. O quizás las dos cosas. 'El quinto poder' suma ambas voces sin ofrecer ninguna información extra que suene nueva u original. Bill Condon hace honores a sus méritos, incorporando toda clase de documentos políticos y corporativos, pasa por los tiempos de colaboración con el 'Guardian' e intenta, de forma débil, buscar en la infancia alguna razón que explique por qué se le desinfló el globo. Una perspectiva de la historia muy británica