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Hitchcock

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Scarlett Johansson, left, and Anthony Hopkins in Hitchcock
Scarlett Johansson, left, and Anthony Hopkins in Hitchcock
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Time Out dice

No es nada nuevo: Hitchcock tenía una particular obsesión con los sujetadores de Janet Leigh. Se lo confesó sin trabas a François Truffaut en una de esas míticas entrevistas que comenzaron el año 62 en la Universal City, cuando uno hacía promoción de 'Jules y Jim' y el otro terminaba el montaje de 'Los pájaros'. Y es cierto que hasta la blusa desabrochada de 'Frenesí', que llegó mucho más tarde, sólo una de sus actrices tuvo que mostrar la lencería. De todos modos, no hay que ser un genio para darse cuenta de que Hitchcock tenía sus fetiches claros. Y quizás si Grace Kelly no hubiera sido una mujer con carácter también la habría sacado en bragas alguna vez.

A Sacha Gervasi esto último le da igual. Ha creado su Alfred de cartón-piedra, un guiñol con papada, nariz postiza y una barriga hinchada a base de cojines de plumas. A veces no sabes si quien está detrás de las prótesis de silicona es Anthony Hopkins o Bruno Oro haciendo una de sus imitaciones en 'Polònia'. Y, lo que es peor, la caricatura no tiene recámara de ningún tipo. La única intención era explicar al mundo que Hitchcock tenía problemas de bragueta cada vez que una rubia con tacones altos le pasaba por delante. Me temo que situar la acción en el rodaje de 'Psicosis' no tenía nada que ver con el motel Bates, ni con el ahogante suelo de Arizona.

Es una extraña fiebre que comenzó cuando Douglas Gordon ralentizó los 110 minutos de metraje de la película hasta convertirlos en una proyección de 24 horas sólo apta para salas de museo. Después vino Gus van Sant. Un año que iba mal de ideas decidió copiarla plano por plano, cambiando el magistral blanco y negro por un color saturado que lo estropeaba todo. Sólo nos faltaba un Sacha Gervasi que reincidiera en las conocidas batallitas de plató y alguna anécdota de making of: los reproches a Vera Miles por haber rechazado el papel de Madeleine Elster, los celos de Alma Reville o los directivos de la Paramount tirándose de los pelos cuando leyeron lo de los sujetadores en el guión. No sé qué pasará el día en que Gervasi descubra que en 'Fuera de la ley' los pechos de Jane Russell se sostenían por una fórmula matemática.

Escrito por Josep Lambies
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