[title]
Digámoslo de entrada: a James Brown no le podía haber salido mejor la jugada. Esta película biográfica suya es eléctrica, trepidante y, encima, no pretende descubrir el misterio que se esconde detrás del personaje. Es más, lo alimenta como el máximo emblema de una interpretación vitalicia, de una máscara como la de Jim Carrey. Y digamos también que Chadwick Boseman sabe hacer magia. Se ha transformado en el icono funk con una destreza impensable. No es sólo que copie los movimientos, la forma de arrastrar los pies. Ha entrenado una voz frenética, vibrante, que apenas tira de 'playback'. Finalmente, digamos que es todo un reto acercarse a un hombre impenetrable, receloso de sus secretos, como Brown, que vivía como una isla en pleno océano. Y que Taylor lo ha conseguido con éxito.