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Desde su estreno en San Sebastián, ‘Le week-end' ha sufrido las comparaciones con la gloriosa trilogía de Richard Linklater sobre el amor y las erosiones del tiempo. Sumamos veinte años a la vida en común de Julie Delpy y Ethan Hawke y tendremos dos académicos (espléndidos Broadbent y Duncan) que convierten el aniversario de tres décadas de matrimonio en París en una continua batalla dialéctica, una lluvia de reproches, frustraciones mutuas e insultos más o menos disfrazados de réplica brillante. Linklater apunta al naturalismo más aterrador mientras que Michell (sí, el de ‘Notting Hill’) respeta al pie de la letra los sofisticados diálogos de Hanif Kureishi, propios de una 'screwball comedy' escrita por un Julian Barnes en horas oscuras. Quizás el problema es que resulta demasiado calculada, pero las verdades amargas de una relación de larga duración están planteadas de manera tan honesta y frontal que se clavan como agujas en un muñeco vudú.