[title]
Josefina Castellvi es una mujer excepcional. Formó parte de la primera expedición española a la Antártida en 1986 donde se creó una base permanente. Pepita, como se la conoce, filmó la vida en la base durante los años en que participó, primero como bióloga y más tarde como jefa de la expedición. Ahora, veinticinco años después, Pepita ha hecho, y ha recibido, un regalo inmenso. Le ofreció a Albert Solé el material rodado y a cambio él la acompañó en su vuelta al paraíso blanco y azul, silencioso y frío, donde vivió los mejores tiempos de su vida. Este viaje de reencuentro y de despido es el cuerpo de un film que es más que un documental. Ver a esta mujer de 79 años caminar por la nieve y moverse entre montañas de hielo produce una emoción que se multiplica al oír su voz escribiendo una carta de amor a un paisaje, una vida, y un hombre, Antoni Ballester, que fue quien hizo posible que todo aquello pasara.