Maléfica

El universo de los cuentos de hadas no tiene nada que ver con lo fantástico, con la irrupción de lo desconocido, de lo monstruoso, en nuestro mundo cotidiano, ni en el vértigo que esto provoca mediante el terror… ¿O quizá sí? Las clásicas películas de animación de Walt Disney, lejos de ser simplemente un producto de consumo ‘bien fait’, implicaron un paso adelante en la evolución narrativa y mitológica de los cuentos de hadas, ya que incorporaban una vena macabra difícil de rehuir en todos los recursos poéticos y sensitivos del cine. Curiosamente, ésta siempre tenía que ver con una visión misógina y terrorífica de la feminidad, y especialmente, con una mirada siniestra hacia la maternidad convertida en algo diabólico, representada por tiránicas madrastras, brujas y hechiceras.

Una de las más memorables es, sin duda, la Maléfica de ‘La bella durmiente’ (Clyde Geronimi, 1959), poseedora de un erotismo latente que remitía al ‘sex appeal’ de las antiguas divas de Hollywood –la alusión a Gloria Swanson es obvia–,complementario a su satánica malicia. ‘Maléfica’ es una película consciente de estos antecedentes culturales (el film de Disney), como también sabe que los cuentos de hadas, como vehículos de difusión de los mitos dominantes de nuestra cultura, pueden ser subvertidos.

A partir de aquí, la cinta de Robert Stromberg busca explicarnos por qué Maléfica –una Angelina Jolie en estado de gracia– es malvada, revertiendo el mensaje misógino del original. ‘Maléfica’, en la línea del reciente cine sobre cuentos de hadas explicados a adolescentes –recordemos ‘Caperudita Roja (¿Aquién tienes miedo?’) (Catherine Hardwicke, 2011) o ‘Blancanieves y la leyenda del cazador’(Rupert Sanders, 2012)–, defiende la hibridación entre cine de terror y de fantasía, comicidad y aventura, se erige como deconstrucción de estereotipos, para crear una miscelánea de estilos que son, en el fondo, un comentario sobre todo un género bajo una promesa de reinvención. ‘Maléfica’es divertida, inquietante, poética, gracias a la sugerente puesta en imágenes de Stromberg, llena de maliciosos apuntes visuales. Una pequeña sorpresa.