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De esta película, audaz, valiente y de un descontrol difícil de disimular, existen dos versiones de diferente duración, una más explícita, la otra menos. Esta es corta, la más púdica, aunque todavía parece imposible que se pueda llegar a pasar en un multisalas de Dubai o de Idaho. Comienza con un aviso que aclara que Von Trier no estuvo nunca involucrado en su montaje, aunque dio su consentimiento para que se llevara a cabo. Y dice, también, que está hecho a partir de la versión íntegra, una hora más larga. No parece que hayan cortado demasiado. ¿Qué me estoy perdiendo?, pregunto. ¿Pollas más largas? ¿Planos más cerrados de clítoris mutilados?
'Nymphomaniac' es el relato de la muy autodestructiva vida sexual de Joe, primero una chica joven (la debutante Stacy Martin), después Charlotte Gainsbourg. Todo está filtrado por el punto de vista de Joe en el presente, que explica su vida a un hombre, Stellan Skarsgard, que se la encuentra sangrienta, muy perjudicada, en un callejón, y se la lleva a su casa. A lo largo de una noche de confesiones y secretos, los atormentados episodios lascivos de la vida de Joe van saliendo a la luz, incluyendo su prematuro descubrimiento del clítoris, sus conquistas adolescentes sin orden ni control propio, y después el dolor y sufrimiento que afloran en el momento en que pierde la capacidad de disfrutar de un coito normal y empieza a dedicarse al sado ya la violencia.
Si Von Trier dirigiera 'Los miserables' , tendría este aspecto expansivo, episódico, cruel, anárquico, poco compasivo, nada escrupuloso, pero con una gran fuerza melodramática. Como el Valjean de Victor Hugo, Joe no puede escapar del pasado, que aquí se llama Jérome (Shia LaBeouf). Fue su primer amor, después su jefe y compañero vital, el padre de su criatura y, al fin, su Némesis.