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Dicen que Kerouac escribió 'On the road' en un rollo de papel de calco de 36 metros, sin hacer caso de erratas tipográficas y repeticiones léxicas, como una jam session. Quién lo diría, viendo la adaptación aséptica, monótona y llana que ha hecho Walter Salles. Si se trataba de desmitificar la generación beat, de enseñar lo que tenía de hype juvenil, superficial y arrogante, el cineasta brasileño ha hecho un buen trabajo. Opta por narrarla desde una omnisciencia que convierte en extremas todas sus peripecias y divagaciones. Sí, es una novela inadaptable, pero cualquier cosa es preferible a este reportaje retro de pacotilla.