Parker

La sonrisa de Jason Statham no ha cambiado desde los tiempos de 'Snatch', y sus habilidades interpretativas no han superado el servilismo de las demandas de cartelera. No es que me alarme, pero cuando lo veo perpetrando el personaje de una novela de Donald E. Westlake no puedo evitar recordar el mal momento en el que se cruzó en el camino de Guy Ritchie. Basado en 'Flashfire', un gran libro, este filme confuso y denso como el puré convierte a Statham en un ladrón habitual. Tiene una capacidad nula de impresionarnos: no hay fuego en su mirada estrábica, sus armas no hieren, y ya quisiera llegar a las cuotas que alcanzó Lee Marvin en 'A quemarropa', también partiendo de un argumento de Westlake. Estamos en Palm Beach. Taylor Hackford se rompe los cuernos para dar con alguna idea visual que aún no fuera explotada en 'Miami vice'. Resultado: un paisaje con todos los colores del pantone, un sombrero ridículo y un hotel que parece un pastel de bodas. Contexto ideal para una aparición de Jennifer López.