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Pussy Riot: una plegaria punk

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Pussy Riot: una plegaria punk
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Time Out dice

Si Putin no se hubiera obcecado en castigar de manera lamentable lo que sólo era una muestra de ‘agit –prop’ en forma de anticuado punk -rock, este documental no existiría. De grupo protesta local a símbolo inequívoco a escala global de la política totalitarista putinesca, las Pussy Riot pagaron su coraje juvenil con casi dos años de prisión (no las tres: a una la absolvieron) y una inagotable atención mediática. Precisamente la rapidez del juicio que las condenó por haber interrumpido durante 40 segundos el oficio religioso de la catedral de Moscú ante una platea de indignados devotos de Putin es el gran talón de Aquiles de este documental que debería de haber ido a parar a una de las noches temáticas de La 2 sin pasar por las salas. Cualquiera que se haya interesado por el tema y haya seguido las noticias publicadas en Internet, tendrá la sensación de haber perdido un poco el tiempo.

Estructurado alrededor del célebre vídeo viral de las Pussy Riot y de su juicio, el film complementa la urgente biografía de sus heroínas -quizás el grano de arena que nos ayuda a entenderlas como personas más allá de sus elocuentes declaraciones políticas - con testimonios de familiares, un veloz repaso del juego sucio de la tiranía de Putin y un retrato sorprendente de las violentas reacciones de la rama más extrema de la Iglesia ortodoxa. El resultado es didáctico pero convencional, no acaba de encontrar el equilibrio en las formas de presentar una revolución a pequeña escala, frustrada por el nacionalismo del ex agente de la KGB, y el documental de cabezas parlantes.

Escrito por Sergi Sánchez
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