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No es de extrañar que 'Mecanoscrito del segundo origen' siga siendo uno de los libros de cabecera de la adolescencia catalana. Lo que hizo Manuel de Pedrolo es adelantarse a 'Crepúsculo' imaginando un Adán y Eva que normalizaba el amor interracial y el sexo púber, según una relectura suficientemente inteligente de la novela rosa. La adaptación, muy libre, que han hecho Bigas Luna y Carles Porta sustituye los extraterrestres por el cambio climático e incorpora un tercero en discordia (Sergi López), que encarna a la serpiente que querrá sacar del paraíso a nuestros protagonistas. El problema es que durante la primera hora de metraje el conflicto brilla por su ausencia, y esto provoca que el espectador se desentienda de algo tan conflictivo como es el apocalipsis. Si añadimos un infame doblaje en catalán, hay que ser muy fan de 'El lago azul' para mantener el tipo.