Las cálidas luces rojas y anaranjadas de la sala crean un ambiente íntimo en el que es más fácil emocionarse al oir las suaves notas de un joven cantautor. Por este bar pasan desde grupos indies de la escena madrileña hasta cantantes (no tan) 'amateurs'. Si tienes una banda, puedes animarte a subir al escenario y tocar en las sesiones libres que ofrecen algunas noches.
Desde los cuadros que decoran las paredes hasta los ritmos de los DJs traídos de otras ciudadanes que te provocarán dolores de cuello a la mañana siguiente. Es un bar para pasarlo bien sin excesos. Tranquilo, agradable y para amantes del pop-rock