Este pequeño bar situado en Chueca está dominado por su escenario situado al final de su local. A pesar de que una potente barra de madera clara recorre de la puerta al púlpito el espacio, todo parece llevarnos al mismo punto. Mientras tomas una cerveza fría, un vino (que combina a la perfección con el jazz) o un cóctel, el escenario se llena de luces y las bandas locales comienzan a tocar.
Por el local han pasado artistas de funk como The Sweet Vandals, blues o jazz como Tail Dragger o Rockabilly. De vez en cuando también deleitan a sus clientes con música africana, cuya percusión hace vibrar a todos los asistentes.