No te dejes desanimar por el soso exterior, lo único que no baila dentro de Torero es una cabeza de toro en la pared que mira hacia abajo, impasible a su clientela, mayoritariamente española. La planta baja mezcla ritmos españoles y latinos, mientras que un house suavizado resuena en las paredes de ladrillo rojo.
La original arquitectura del local es otro de sus puntos fuertes. Los techos bajos y sus arcos dan una intimidad especial al local, que redondea con sus sillones y cojines de la planta de abajo. No calces deportivas, no te dejarán pasar.