Canciones para echar un polvo

Durante el 'affaire' que mantuvieron, Brigitte Bardott le pidió a Serge Gainsbourg que le hiciera la canción de amor más bonita del mundo y él no dudó en complacerla. La grabaron a dúo en 1968, pero los celos del marido de la Bardot impidieron que la grabación viera la luz hasta 1986. Por suerte, en 1969, 'année érotique', Gainsbourg la grabó con Jane Birkin y su orgasmo escandalizó al mundo.

Si la salsa es uno de los géneros más calientes del Caribe, este himno del portorriqueño Lalo Rodríguez del subgénero de la sala romántica es uno de los grandes temas que se han hecho nunca sobre lo que sucede entre las sábanas porque es dulce y caliente a la vez, que es como nos gusta el sexo. Lalo Rodríguez fue precoz: con sólo 16 años ya cantaba con Eddie Palmieri.

La Ambición Rubia es una mina en cuanto a canciones sobre sexo. Podríamos haber escogido 'Like a virgin', en la que, como el personaje de Quentin Tarantino explicaba en 'Reservoir Dogs', canta que cada vez que su dotado compañero de cama la penetra la hace sentir como si fuera virgen. O 'Deeper and deeper', donde la forma como describe el enamoramiento es sospechosamente parecida al coito. O 'Justify my love', en la que ya gemía como en este 'Erotica', primer sencillo del álbum homónimo de 1992 en el que, provocaciones a parte, introdujo innovadoras influencias en su música.

El otro rey de la provocación hecha canción pop, el de Minneapolis ha llegado a titular un disco como una de las palabras en argot para referirse al orgasmo ('Come', 1994), que, por cierto, cerraba con la grabación de una mujer llegando al final. El muy hijo de puta tiene un montón de canciones que nos excitan las zonas erógenas del cerebro, pero nos quedamos con ésta, del disco 'Diamonds and pearls'. El sexo, como las fresas: con nata.

De acuerdo, la canción más explícitamente sexual de Donna Summer es 'Chain reaction', el efecto en cadena al que se refiere es un orgasmo, pero la canción más sexy – "Oooh, feels so good"– de la diva disco es esta innovadora producción de Giorgio Moroder –ahora reivindicado por Daft Punk–, que en 1977 marcó un antes y un después en la música electrónica popular.

El glam rock ha sido una de las escenas más sexys que ha dado nunca el Reino Unido: nunca los hombres han estado tan atractivos vistiendo como las mujeres. Y Marc Bolan –con permiso de Bowie– fue uno de los astros más codiciados del momento, gracias a la sensualidad de temas como este candente 'Hot love', pero también 'Get it on' (1971) y '20th century boy' (1973), entre otras.

Si tenéis la fantasía de montároslo con una japonesa, esta joya pop de Yoko Ono, incluida en el disco conjunto con John Lennon, 'Double fantasy' (1980, tristemente publicado sólo tres semanas antes de su asesinato), os la pondrá dura y os humedecerá la entrepierna. De marcada influencia post punk, el tema acaba con Ono corriéndose de placer. En 2007 Peaches hizo un remix para el álbum 'Yes, I'm a witch'.

Los escoceses The Vaselines tenían que estar en esta lista a la fuerza: nadie tiene la boca tan sucia como el dúo de Glasgow, como han podido comprobar quienes los han visto en directo. Sus discos tienen nombres como 'Enter The Vaselines' (2009) y 'Sex with an X' (2010), y ¿por qué pensáis que su nombre hace alusión a la vaselina? Aunque sus canciones son lo suficientemente lúbricas como para no necesita lubricante. Como esta versión de Divine, que a pesar de reproche de la letra, acaba con el dúo gimiendo de placer.

La pasión a menudo es posesiva, enfermiza, como expresa tan bien esta canción de PJ Harvey, desesperada y agresiva, en la que la británica se aferra a un amor –si es que es amor– que se aleja. Pero dejar a PJ no es fácil: antes os obligará a chuparle las piernas, que le arden de deseo. Al menos antes de cambiar el cuero por los trajes victorianos y la guitarra eléctrica por el autoarpa.

Las cosas como son: los catalanes son más escatológicos que verdes, y las canciones sobre sexo no abundan en su cancionero pop. Por suerte tienen a Martí Sales –ya sea con Els Surfing Sirles o con Convergència i Unió–, a Sanjosex y a Mishima, que últimamente les han dado alguna alegría. David Carabén no tiene pelos en la lengua a la hora de pedir sin tapujos eso con lo que a veces nos complicamos tanto la vida: follar.