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© JM ZerrDellafuente

Dellafuente: "Me sale más a cuenta hacer trap que flamenco"

El MC granadino presenta 'Ansia viva' (2016), en el que mezcla rap, bulerías y bachata

Escrito por
Marta Salicrú
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Quejidos y autotune, así se llamaba la gira con la que Dellafuente agotó entradas por toda la Península con una propuesta que bebe tanto del flamenco como del rap contemporáneo. "El flamenco es lo que he mamado", explica el MC granadino. Pero no en casa -donde se oía la música brasileña de su madre y la amplia colección de vinilos de su padre, con algún disco de Camarón y pocos cantaores más-, sino en la calle, con los amigos.

Al hip hop entró por el flamenco, con Haze y Triple XXX, raperos con deje andaluz que con rimas aflamencadas hicieron hueco en su entorno. "No tengo voz para cantar, es más fácil rapear, que lo puede hacer cualquier -afirma-. No se trata de 'flow', se trata de práctica ". Y cuando colgaba los primeros temas a Forocoches, descubrió Kefta Boys y Corredores del Bloque, "chavales como yo, que hablaban de cosas con las que me identificaba", de los que saldrían los MCs de Pxxr Gvng.

Pero 'Ansia viva' (2016), segundo álbum de Dellafuente después del debut 'Azulejos de corales' (2015), se aleja de algunos de los clichés con que tropiezan sus compañeros de generación. Explica el Chino, como todo el mundo lo llama, que en el universo del trap, superpoblado por 'Beef' y 'bitches', él encontrar "un hueco" en el que ha encontrado "un filón": las canciones de amor romántico. "Nadie hablaba, sólo se preocupaban de decir quién era el más chulo".

Él, sin embargo, prefiere cantar una bachata como 'Te amo sin límites' que sacar pecho. Y por mucha publicidad que den las rivalidades, no estar enemistado con nadie ha abierto puertas a colaboraciones como las recientes con Yung Beef. "La música es para compartir, no para competir", dice.

Clavada tiene la espina que parte de su público "quiere comida rápida", y valora más temas de reggaeton hechos en un par de días que la rumba 'El color del dolor', grabada con banda ya la que no harían ascos unos Ketama, que no ha dejado de escuchar en el coche durante la gira. "Desde el punto de vista económico, me sale más a cuenta hacer trap".

¿De dónde sale Dellafuente?
Tengo 25 años y soy de Armilla, una ciudad dormitorio pegada a Granada. He escuchado mucho flamenco pero no es una música que yo haya buscado, es la música que me ha rodeado mientras crecía. No lo escuchaba en casa sino en la calle, con el grupo de amigos. En mi casa mi madre, que nació en Brasil, escuchaba música brasileña, y mi padre escuchaba los Rolling Stones y los Beatles, aunque también tenía discos de Camarón, porque tiene un montón de vinilos. Pero el flamenco es lo que he mamado.

¿Y cómo te acercas al hip-hop?
Escuchaba cosa muy puntuales que sonaban muy andaluzas, como Haze, un rapero de Sevilla que mezcla rap con flamenco y colaboró con artistas flamencos. O Triple XXX, de Málaga. Por eso se metió entre el tipo de gente con la que iba yo. Fue él por el que me interesé por el rap, porque a mi me interesaba la música pero no tengo voz para cantar, y lo más sencillo es rapear, que lo puede hacer cualquiera. No se llama flow, se llama práctica, y eso lo tenía que poder hacer yo. Probé, hice basura al principio, y con empeño empecé a sacarlo medio en condiciones.

También conectaste con Kefta Boys y Corredores del Bloque, cuyos miembros después formarían Pxxr Gvng, ¿verdad?
Me interesé por el rap nacional y escuchaba cosas, pero no era algo con lo que me identificase. Hasta que descubrí a  Kefta Boys y Corredores del Bloque, chavales como yo, que vivían lo mismo que yo y hablaban de cosas con las que me identificaba cuando yo empezaba a hacer cosas.

En la introducción de 'Dile' hay un 'sample' de una entrevista a el Torta en la que afirma: “yo no sé cantar, yo lo que hago es transmitir”. ¿Te identificas con lo que dice?
Con el tiempo me he dado cuenta que lo que estrecha los lazos con el público son las cosas malas, el desamor, la pena, y cantarlas. Lo más profundo es lo que más llega. Por algo me ha hecho sentir tanto el flamenco, porque escuchaba penas, y aunque ni le prestases atención te llegaba dentro, llegaba a doler. Eso no pasa con toda la música: hay música para todo, para bailar, para estar feliz, pero mi último tema, 'Cuéntamelo', habla de desamor. Quizá mañana sacaré un reggaeton. Pero tienes más confianza con una persona con la que hayas llorado que con una con la que solo sales de fiesta.

En la gira Quejíos y Autotune te has hartado de colgar el cartel de 'entradas agotadas'. ¿Tiene que ver con este vínculo que has establecido con el público?
La verdad es que es bestial. Hay muchos tipos de público y puede que haya gente que solo viene a mis conciertos a bailar. Pero hay gente que me dice que ha llorado y se ha enamorado con mis canciones, que cuando me escucha se acuerda de su madre que no está, algo que va más allá de irse de borrachera. Y es muy gratificante. Es una relación como si fueran mis amigos de toda la vida, como si me los llevara para mi casa y les invitara a comer.

Abres 'Escarmiento' con un 'sample' de Enrique Morente en el que dice que “uno se cae, se pierde en las profundidades del flamenco, pero después se levanta”.
Cuando estaba haciendo 'Ansia viva' quería seguir la línea de ese tema, más flamenco, más fusión, era el concepto que tenía para el disco. Pero era súper complicado, y no tenía tiempo porque tenía esperando a las 400 personas que habían comprado el disco por 'crowdfunding'. Por eso me sentí tan identificado con lo que decía Morente, porque me metí en un mundo muy raro, con guitarra y flauta travesera, y no sabía como seguir. Es un tema que no sé si se le presta atención, se le presta más atención a cosas que hemos hecho en dos días y que no merecen tanto la pena.

Hay temas del álbum que sí mantienen esta línea: 'El color del dolor' y 'Dame luz', que suena a lo que podrían hacer Ketama en el sigo XXI.
Me compré un recopilatorio de Ketama y es lo que más he escuchado durante la gira en el coche, le he dado 50 vueltas. Así que seguramente por eso 'Dame luz' sea una rumba que se parezca a Ketama. 'El color del dolor' es una medio bulería que me recuerda mucho a Triana, un flamenco más rock y oscuro.

¿Sientes cierta tensión entre tu faceta más flamenca y la más cercana al trap?
El público al que yo llego quiere comida rápida, este mes saco esto y al siguiente otra cosa. Y en el disco, las canciones a las que he dedicado más tiempo, se pierden, como aquel que dice. Y desde el punto de vista económico, de lo que vas a hacer en los conciertos, merece más la pena hacer reggaeton, rap o trap. 'El color del dolor' y 'Dame luz' en directo son un problemón, porque llevarte a todos esos músicos es una odisea. Y también me da pena hacer temas que luego no puedo tocar en directo. Tengo que tirar para otros lados.

Tu has dicho que quieres llegar a todo tipo de públicos. Morente decía que el flamenco tenía que llegar a todo el mundo, no estar en un pedestal.
Yo no soy purista, pero hay gente que te tacha de comercial por querer llegar a todo el mundo, y yo creo que es a lo que debería aspirar todo artista, explotar al máximo el abanico de hasta donde puede llegar su música. Hay un montón de músicos buenos que llegan a muchísima gente. Y cobran más que el resto, claro. Al fin y al cabo, eso mueve mucho.

'Te amo sin límites' es una bachata. ¿De dónde te vino la inspiración?
En su anterior disco Maka sacó una bachata, y yo quería eso para mi disco. Le pedí ayuda porque no sabía como afrontarlo, y a mi me encanta, es un tema que podría sonar en cualquier sitio, aunque no lo haya hecho.

La bachata es un género al servicio de temas románticos, que son tus favoritos, ¿no?
Cuando empecé a hacer música de modo más profesional y puse toda la carne en el asador para intentar vivir de la música como lo estoy haciendo, encontré un vacío en el tipo de música que yo estaba haciendo. Nadie hablaba de eso, solo se preocupaban de decir quien era el más chulo, no de las cosas normales, porque no hay nada más normal que el amor y el desamor.

¿Por qué hay tanto sexo y tan poco amor en el trap?
Es como un escudo que se ponen, porque a lo mejor tienen novias y novios de hace años. Es un poco raro, sí. Yo encontré ese filón por aquí y me ha salido bien, y ya casi que no sé hablar de otra cosa.

Acabas de publicar dos colaboraciones con Yung Beef, 'Mercedes Mclaren SLR' y 'Marketing'. Eso sería imposible si tuvieses una rivalidad con Pxxr Gvng, ¿no?
Yo creo que la música es para compartir, no para competir. Yo nunca he ocultado que yo he escuchaba a Yung Beef, D. Gómez y Khaled. También tengo que decir que a mi gusto como Pxxr Gvng han perdido un poco la esencia. Pero en concreto a Yung Beef siempre lo he tenido como quien ha abierto el camino, no un ídolo pero sí una figura en la que fijarse, un chaval que viene de donde yo vengo, me identifico con muchas de las cosas de las que dice, y colaborar con él ha sido de puta madre. Hay que tener buena relación, no merece la pena tener mal rollos con nadie.

¿Tu te mantienes al margen de estas rivalidades, aunque den mucha publicidad?
En Latinoamérica está todo pactado, pero es que allí se mueven cifras muy gordas. Pero pactado o no, se ve ridículo, personas tan mayores, con pelo en el pecho. Sí he intentado mantenerme al margen lo que he podido.

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