En la escena del jazz hay individualidades asombrosas que revolucionan los lenguajes. A su lado, para hacer cierta la ilusión, están los trabajadores de “a diario”, instrumentistas eficaces que se notan imprescindibles cuando se les va a ver, pero a los que se olvida con demasiada facilidad.
Larry Martin, baterista, podría haber sido uno de estos intérpretes, de no ser porque tuvo el acierto de formar una banda propia y contar en ella con músicos tan inspirados como fieles. Había debutado, finalizando los años 60, en bandas como Canarios, Grim o Condes, a lo que siguió -entre 1978 y 1984- una mayor implicación en formaciones como Guadalquivir y, aun, en aquella que se atrevió con la reposición del musical “Jesucristo Superstar”.
En breve, se cumplirá un año de su desaparición y JazzMadrid 2014 ha querido acoger este homenaje. Se trata de un reconocimiento especial hacia el grado de madurez musical que había alcanzado quien fue siempre un espléndido baterista y acabó siendo un maestro.