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Chuka Ramen Bar

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  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Chuka Ramen Bar
Chuka Ramen Bar
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Time Out dice

4 de 5 estrellas

Todos los que, años atrás, hayan pasado buenos ratos aquí quizás sonrían al entrar de nuevo en el local del extinto Aki, aquella tabernita nipona que a golpe de precios asequibles, amabilidad y extraños cuadros se fraguó una espléndida comunidad de fieles (una vez cerrado, la puerta enrejada del local se llenó de notas de agradecimiento). Quizás sonrían porque los nuevos inquilinos han decidido no solo mantener ciertas particularidades del lugar (como esas pequeñas divisiones espaciales y la barra como mesa larga) sino que han sumado puntos (interiorismo de tonos terrosos, grandes ventiladores y efectivo binomio metal-madera y una sólida imagen general) a esa atmósfera acogedora, casual, popular que rompe la distancia entre hostelero y cliente y se ensambla de manera eficaz con su comida callejera de calidad. Aquí se está a gusto. ¿Cómodo? Eso dependerá de tu flexibilidad para comer en banquetas altas o compartir algo apretado una mesa baja para cuatro.

Pero ellos, que se estrenaron hace apenas un par de meses, ponen la mejor cara y resuelven cualquier duda que ofrezca su carta (que cambiará, seguro, un par de platos por estación; en otoño, ostra y ensalada de pato). La última gran novedad gastronómica de una ciudad cada día con más atractivos culinarios la firman tres jóvenes: los chefs Rodrigo García Fonseca y John Husby y Lorena Mauri, como jefa de sala. Un vasco y dos norteamericanos. Una curiosa simbiosis empresarial que no solo funciona sino que triunfa. Lo complicado será mantener la satisfacción y fidelizar clientes ante la creciente competencia pero, sin admitir reservas, pueden ya presumir de un firme “sold out” diario. La experiencia convence (y cómo).

El proyecto, ágil, fresco y sabroso, promete muchas alegrías y tiene además un largo recorrido por delante. “Chuka es la versión japonesa de la gastronomía china. Evolucionó rápidamente en el último siglo cuando emigrantes chinos se integraron en la cultura japonesa. La cocina chuka refleja esa fusión en platos emblemáticos como el ramen y varias formas de dim sum. Lo nuestro es una versión de esa cocina”. Esto lo cuentan ellos en su carta de presentación. La misma carta a la que nos asomamos con curiosidad y muchas expectativas, casi salivando.

Gyozas, bao bun y ramen son los tres pilares sobre los que han edificado su estupenda propuesta culinaria. Serán solamente tres los anzuelos más destacados pero se disponen con la variedad suficiente para que todo aficionado a la comida asiática caiga en la tentación de acercarse, por lo menos, dos veces. Muchos caminos apetecibles (aún más para amantes del picante). Nos decantamos por las estupendas gyozas de butifarra y cebollino chino. Presentaciones sencillas e impecables, vajilla de Ikea. Pocos ingredientes en juego y buena ejecución. Seguimos con un bao bun de langostino tigre, acompañado de una salsa dragón que es para llevarse litros a casa. Delicioso. La de miso dashi fue nuestra elección en el apartado ramen. Lo mejor de la noche. Lo que les hace únicos y dignos de elogio. Contundente pero no pesado, sabores marcados pero equilibrados. Un plato que evidencia su largo tiempo de cocción y que, como poco, da superpoderes a quien lo toma. Nos fuimos sin probar ninguno de sus originales cócteles (sochu sour, umeshu royal…) pero de la próxima no pasa.

Escrito por Gorka Elorrieta

Detalles

Dirección
Echegaray, 9
Madrid
28014
Transporte
Sevilla (M: L2)
Horas de apertura
Ma. a ju. de 20.30 a 23.30 h. Vi. y sá. de 13.30 a 15.30 h y 20.30 a 23.30h.
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