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Vida de Galileo

  • Teatro
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
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Time Out dice

3 de 5 estrellas

Autor: Bertold Brecht. Director: Ernesto Caballero. Intérpretes: Ramón Fontseré, Chema Adeva, Marta Betriu, Paco Déniz, Roberto Mori, Paco Ochoa, Pepa Zaragoza, entre otros.

Sin ser dueño de grandes recursos, sin empeñarse en matizar sus interpretaciones hasta la mímesis, Ramón Fontseré es un actor magnético, es difícil abstraerse y mirar hacia otra parte cuando está en escena, incluso cuando no habla. Esa bufonada ampurdanesa que le otorga a sus personajes, provoca algo que está al alcance de muy pocos: parece que es Galileo el que hace de Fontseré y no al contrario. Pese al objetivo de coralidad que propone el montaje, hay un claro sol alrededor del cual gira el resto de cuerpos, no celestes en este caso, tan solo actorales.

El símil no es nada forzado. Todo en el montaje gira. Gira la Tierra alrededor del Sol en contra de quienes piensan lo contrario. Gira el escenario redondo y los espectadores disfrutan desde ángulos diversos una propuesta limpia de escenografía. Todo es negro como la noche, como el cosmos, como la Edad Media dominada por las tesis eclesiásticas, testarudas e intransigentes, inmovilistas, conservadoras. Y ese rayo de luz que rompe la oscuridad, ese paradigma de la ciencia empírica, es al final lo más interesante de esta historia contada con corrección, en la que aflora la épica brechtiana en manos del director Ernesto Caballero, un brechtiano declarado.

Nadie desentona en el amplio elenco, casi todos tienen su momento y dejan impronta Roberto Mori, Ione Irazabal, Paco Ochoa o los veteranos Alfonso Torregrosa y Chema Adeva. La música en directo, las canciones (qué gusto siempre el abanico vocal de Alberto Frías) y una propuesta de vestuario singular (de Felype de Lima) visten un montaje necesario en tiempos como el nuestro, donde, como sucedió en época de Galileo o en la Europa de Brecht, quizás estemos ante un cambio de paradigma. El progreso de la Humanidad tiene siempre que salvar, paradójicamente, las reticencias de la propia Humanidad. Siempre el poder disfraza de creencia su conveniencia. Es tiempo de romper lo establecido.

Escrito por
Álvaro Vicente

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