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  • 4 de 5 estrellas
  • Cine
  • Animación

¿Pensabas que el renacimiento del cine mudo comenzó y terminó con The Artist?. La maravilla sin palabras de Pablo Berger te hará recapacitar. El director español ha rebuscado en la caja de trucos de Charlie Chaplin para forjar una magnífica animación sobre la amistad y la conexión, totalmente sin diálogos. Basada en la novela gráfica infantil de Sara Varón, tanto visual como narrativamente, está ambientada en el Nueva York antropomorfizado, plagado de grafitis y repleto de Earth, Wind & Fire de los años 80, como si Fiebre del sábado noche hubiera sido invadido por el reparto de Zootrópolis. Nuestro héroe es Dog, un chucho solitario que vive solo, pasando tristemente el tiempo jugando al Pong y esperando el ping de sus macarrones en el microondas.  Entra en escena Robot, un droide de la amistad pedido por correo que rápidamente cambia la vida de Dog gracias al poder de la compañía. El hasta entonces malhumorado perro cobra vida mientras patina por Central Park y come perritos calientes con su nuevo amigo. Después, los dos se van de excursión a la playa el Día del Trabajo y se encuentran separados por un caso grave de óxido, una valla cerrada y un rudo guardia de seguridad. De repente, Dog tiene que enfrentarse a otro tipo de soledad. Si el estilo de animación tiene un toque a lo BoJacks, la historia se desarrolla un poco como la adorable comedia británica Brian y Charles, donde la inteligencia artificial de la premisa es casi irrelevante. Al igual que Charles Petrescu en esa p

  • 4 de 5 estrellas
  • Cine
  • Animación

La historia comienza cuando Chihiro se muda a otro lugar con sus padres. Durante el viaje, deciden detenerse a comer. La menor es advertida de no tocar la comida, pero sus padres se atragantan hasta convertirse en cerdos. Chihiro emprenderá un viaje a un lugar lleno de personajes increíbles y de metáforas de la vida misma para salvarlos. Es una historia que todos pueden disfrutar, tiene enseñanzas muy profundas sobre los mundos que creamos cuando niños, de las razones por las que los cambios drásticos son difíciles y de la manera tan diferente en la que vemos las cosas cuando crecemos.

Reina de Katwe: Haz tu jugada
  • 4 de 5 estrellas
  • Cine
  • Drama

El irresistible mensaje de la nueva película de Disney, Reina de Katwe –de Mira Nair–, es de esos en los que cuando un niño crece en pobreza en países en vías de desarrollo, el mundo se pierde de uno de sus mejores y más brillantes talentos. Ubicado en una de las zonas más marginadas de Uganda, Katwe (se pronuncia Kah-tway), este filme de habla inglesa está basado en la historia real de la chica prodigio del ajedrez Phiona Mutesi, quien superó dos obstáculos aparentemente imposibles de superar en su país –ser pobre y ser mujer– para convertirse en una campeona adolescente. Ahí conocemos a Phiona (Madina Nalwanga), una niña de nueve años que vende maíz para ayudar a su mamá (Lupita Nyong’o), una mujer viuda que cría sola a sus cinco hijos. Lo que atrae a Phiona al club de ajedrez para niños de barrios pobres que atiende un voluntario (David Oyelowo), es una taza de atole. Ella no sabe leer ni escribir, pero queda fascinada por las piezas sobre el tablero de madera con casilleros blancos y negros. Es imposible ver al joven elenco que Nair (Moonson Wedding) ha reunido y no sonreír debido al carisma y humor que ilumina la pantalla con sus actuaciones naturales y llenas de vida. Si la imponente historia de Phiona Mutesi no hubira existido, Disney la habría inventado. Lo que esperas que ocurra, pasa. Cuando los niños viajan a un torneo en un elegante internado, los niños ricos se burlan de ellos; un desagadable pequeño se limpia la mano en el mantel luego de darle un apretón de man

La vida de Adèle
  • 5 de 5 estrellas
  • Cine
  • Drama

En 2010, el director y guionista Abdellatif Kechiche tuvo un contratiempo con su película Vénus noire, debido a que las distribuidoras de Estados Unidos y Gran Bretaña la encontraron demasiado delicada para exhibirla. Después de esa experiencia, cualquier director cambiaría de rumbo hacia un terreno menos incómodo, pero no Kechiche. La vida de Adèle es el regreso más provocador que pudo haber tenido, y con ello entregó la mejor película de su carrera. No hay algo novedoso o atrevido en una historia sobre el paso de la adolescencia a la madurez, ni sobre el surgimiento y el fin de un romance, pero el punto de vista despreocupado de Kechiche sobre el deseo juvenil es poco común en su madurez emocional. Nuestra heroína, Adèle (una estupenda Adèle Exarchopoulos) comienza la película como una estudiante de secundaria precoz y termina como una mujer adulta, aún con mucho que aprender acerca de sí misma. Cuando cumple 15 años nota que algo anda mal en su vida amorosa. Un chico de su escuela está loco por ella, pero ella simplemente no consigue dejar de pensar en la ocasión en que se topó en la calle con Emma (Léa Seydoux), la estudiante de arte de pelo azul. Las chicas se vuelven a ver en un bar de lesbianas y el amor florece de inmediato. A diferencia de muchas películas con temas homosexuales que se centran en la salida del clóset como la experiencia gay definitiva, La vida de Adèle va más allá de esa etapa de la vida de Adèle en un audaz salto cronológico, con lo que nos entrega

  • 5 de 5 estrellas
  • Cine
  • Drama

Inquietante y retorcida, la nueva película del coreano Bong Joon-ho combina la excelencia cinematográfica con un mensaje político de lo más punzante. Camuflado en el relato de una invasión doméstica encontramos un auténtico drama sobre roles sociales y máscaras, sobre la hipocresía y la educación. El director de 'El huésped' y 'Rompenieve' ya nos tiene acostumbrados a sus juegos subversivos con los códigos de los géneros. Esta es la historia de una familia pobre de Seúl que se infiltra en una casa muy rica por la puerta de servicio. Combina suspense, drama, comedia, risas y farsa, con algunos momentos de puro terror, saltando de un registro al siguiente con una elegancia total. El argumento de fondo es antiguo: las desigualdades entre clases. En la primera escena encontramos una gente que vive en un semisótano de un barrio obrero, en el último rincón de un callejón sin salida donde un borracho va cada noche a mear. Son un marido, la mujer y dos hijos veinteañeros, que sobreviven haciendo trabajos extraños, como montar cajas de cartón para los repartos de una pizzería. El thriller se activa cuando uno de ellos falsifica el currículum para dar clases particulares a la hija de un hombre de negocios millonario, el señor Park. Uno a uno, los padres y la hermana conseguirán entrar a trabajar en su chalet y, poco a poco, le irán chupando la sangre. Hay un momento de la película en el que la comedia del absurdo parece alcanzar el equilibrio perfecto de 'El sirviente' de Joseph Losey.

  • 5 de 5 estrellas
  • Cine
  • Ciencia ficción

Habrá quien diga que 'High life' no es 'realmente' una película de ciencia ficción, ya que en el fondo se trata de la nueva obra de Claire Denis, una de las autoras más feroces del cine mundial. Pero esta teórica incompatibilidad solo deja en evidencia los prejuicios de quien la emite: el planteamiento argumental –un grupo de convictos es condenado a tripular una nave espacial, con la misión de explorar los confines del cosmos en busca de recursos útiles para la especie humana– no deja dudas sobre su carácter especulativo. Y, por otro lado, hablamos de un género con una infinita capacidad para asumir miradas heterodoxas y zarandeos narrativos. Rodando en inglés por primera vez en sus 30 años de trayectoria, Denis coloca a Juliette Binoche en una tesitura muy diferente de la de los agridulces anhelos afectivos de 'Un solo interior'. En esta ocasión, la actriz es la perturbadora médica encargada de supervisar el estado físico y mental de los reclusos, tomando como objeto de su deseo a un Robert Pattinson que convierte su mirada alucinada en una implosión de intensidad. Interesada, como siempre, en mostrar el cuerpo humano como una geografía de heridas y fluidos, la directora de 'El intruso' toca una nueva cima del cine físico, si bien ahora el deseo de sus criaturas no se proyecta sobre un entorno reconocible, sino que tiene tras de sí un infinito vacío cósmico.

  • 3 de 5 estrellas
  • Cine
  • Terror

En los sesenta, la inclusión de un héroe negro en el film de terror 'La noche de los muertos' supuso toda una declaración política. Un año antes, en 'Adivina quién viene a cenar', Sidney Poitier protagonizaba una película en torno a una mujer blanca que presenta a su pareja negra a sus padres. Podríamos decir que 'Déjame salir' parte de una mezcla entre estas dos ideas, entre el terror y la confrontación social y familiar. Chris llega a la casa de sus suegros en Alabama. Ellos son blancos, y él es negro. Y el jardinero también es negro, y la criada. De hecho, todos los negros a los que Chris va encontrando en este lugar aparentemente amable resultan sospechosos. Entre la comedia y el terror, 'Déjame salir' propone un discurso directo sobre el racismo. Da la vuelta a los estereotipos sociales y del mismo género de terror, recordando, por ejemplo, la estética de un éxito del cine de miedo reciente como es 'Insidious'.

  • 4 de 5 estrellas
  • Cine
  • Drama

Una lujosísima muestra de la vida en una corte del siglo XVIII, donde hay confabulaciones de nobles con peluca, carreras de patos y otros deportes de competición de lo más curiosos, y un órgano que toca música barroca. Incluso Stanley Kubrick era capaz de renunciar a ciertas extravagancias, como filmar con un ojo de pez, pero el griego Yorgos Lanthimos no sabe decir que no. Él transforma una película de época vagamente basada en el reinado de la inestable Ana de Gran Bretaña en una pesadilla semicómica, como una fantasía de Lewis Carroll, inundada de malicia. Si este es vuestro primer Lanthimos, bienvenidos. Aunque os tenemos que decir que llegáis tarde. Quizás deberíais recuperar dos de sus anteriores films: 'Canino', sobre unos padres que no han permitido que sus hijos, ya mayores, abandonen la casa familiar, y la igualmente viciosa 'Langosta'. Ambas eran más oscuras que 'La favorita', la primera cinta que Lanthimos no ha escrito personalmente. Sin embargo, en 'La favorita' la atmósfera sigue teniendo una fuerza hipnótica. Lo que hace que 'La favorita' funcione tan bien son, sobre todo, sus mujeres. A diferencia de obras como 'Barry Lyndon' y 'Las amistades peligrosas', que tenían una ambientación similar, aquí los personajes femeninos no están sometidos a las decisiones déspotas de un macho con peluca. De hecho, todos los hombres son secundarios o figurantes, y lo que domina la trama es la tensión entre Rachel Weisz y Emma Stone, las protagonistas, para convertirse en la p

  • 5 de 5 estrellas
  • Cine
  • Animación

Dos niñas se mudan con su padre a una casa cerca del bosque mientras su madre se recupera de tuberculosis. Cuando llegan al lugar descubren que hay criaturas que sólo los puros de corazón pueden ver. A estas criaturas se les llama “Totoro” y la más pequeña de las niñas se dispone a encontrar a su rey. Una vez más, esta historia es un escape de la realidad por medio de la imaginación de una niña; más específicamente, con la imaginación de un “corazón puro”. Mientras su madre está enferma, las niñas conocen este mundo nuevo de criaturas fantásticas.

  • 5 de 5 estrellas
  • Cine
  • Romántica

Hay películas que son un trozo de vida, que se te meten dentro y te echan raíces. Este es el caso de 'Call me by your name'. Luca Guadagnino consigue atrapar el tiempo en cada imagen, condensarlo, y hace de cada instante un espejismo de la eternidad. Estamos en un verano lejano, de hace más de 35 años, en una casa con grandes ventanales y camas antiguas, perdida entre campos de hierba que el sol ha vuelto amarilla y árboles frutales. A la hora de la siesta, las moscas rebañan los restos de una mesa a medio quitar y las bicicletas entran y salen del jardín. Aquí es donde Elio –maravilloso Timothée Chalamet, nominado al Oscar– pasa las vacaciones, leyendo novelas, siempre en bañador, con los pies en remojo en la acequia. Tiene 17 años y su cuerpo todavía es el de un adolescente, todo ombligo y costillas, cruzado por una línea imaginaria que dibuja la curva perfecta de las estatuas praxiteliana. Él es el centro de un film que nos habla de la belleza del deseo. Este verano será, para Elio, el verano del amor, desde el momento en que empiece a sentirse fascinado por un joven americano, algunos años mayor que él, que viene a pasar unos días con su familia. A diferencia de referentes del relato homoerótico como 'Brokeback mountain' y 'Carol', aquí no existe la parte del rechazo social. A la cámara no le interesa el conflicto. Sólo recrearse en las miradas infinitas de dos personajes que se encuentran en secreto, cuando todo el mundo duerme, y se abrazan y aman hasta que el sol les v