Ya casi llega la fiesta predilecta de muchos catalanes, Sant Jordi. Y es que, el día que llena las calles de actividades, de libros, de rosas y, sobre todo, de mucho amor, nos somete a la gran mayoría a un estado de alegría profundo. Sin embargo, hay una imagen que puede entristecernos: ver rosas marchitas al final de la jornada. Por favor, si sabéis que no llegaréis a casa en horas, no aceptéis rosas. Quizá rompáis el corazón a alguien, pero no participaréis en una masacre floral. A menos que os regalen de artificiales, por supuesto. Una rosa de metal, o de madera, o de cristal puede vivir eternamente.
Las que también perduran en el tiempo son las rosas de Omotesandō Plants, que desde hace tres años ponen a la venta por Sant Jordi la 'rosa eterna', que dura en el tiempo gracias a un proceso de preservación en el que se sustituye su salvia y agua por un líquido preservante natural. La pieza se podrá comprar el 23 de abril en la pop-up de Omotesandō, que este año se vuelve a instalar en Rambla Catalunya con Còrsega, desde las 9 h hasta las 21 h. Los modelos de la 'rosa eterna' que se podrán adquirir en la parada serán la 'garden rose', presentada dentro de una cúpula de cristal por un precio de 55 euros, y la 'crystal rose', plantada en una maceta con musgo y por un precio de 35 euros.
Omotesandō PlantsGarden Rose
Una pop-up convertida en jardín
La tienda efímera de Omotesandō promete llamar la atención de aquellos que se paseen por el Eixample durante el día, ya que la marc